Agencias
MÉXICO, D.F.- La Procuraduría General de la República (PGR) internó en el penal de máxima seguridad del Altiplano, Estado de México, al empresario zacatecano Arturo Guardado Méndez y dos personas más, quienes presuntamente pretendían asesinar a los legisladores federales Ricardo y David Monreal Ávila.

La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) determinó dejar en libertad bajo las reservas de ley a Jesús Guerrero Ruiz, quien trabaja como chofer del empresario.

Los indiciados quedaron a disposición del juzgado primero de distrito de procesos penales federales con residencia en Toluca, que en las próximas horas determinará la situación jurídica de estas tres personas.

La PGR consignó a Guardado Méndez como presunto autor intelectual del frustrado atentado, que supuestamente iban a ejecutar Juan Carlos Esqueda y José Luis Vázquez Delgado.

El agente del Ministerio Público responsabilizó a estas personas de los delitos de delincuencia organizada, tentativa de homicidio y portación de arma de fuego y posesión de cartuchos de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Niegan hechos

Esqueda y Vázquez Delgado negaron ser parte del crimen organizado y tratar de asesinar a los hermanos Monreal Ávila.

El 14 de mayo del presente año presentaron un escrito ante la Seido, en el que aseguran que las primeras declaraciones que rindieron ante el agente del Ministerio Público federal las realizaron bajo amenazas.

MILENIO tiene copia de la declaración que presentaron por escrito esas personas como parte de la averiguación previa PGR/SEIDO/UEITA/43/2012.

“Nuestras declaraciones del 4 de abril de 2013 estuvieron viciadas, toda vez que los agentes de la Policía Federal nos obligaron a declarar contra el señor Guardado Méndez, ya que de no hacerlo nos iban a incriminar con un grupo de la delincuencia organizada.

“A pesar de que hicimos lo que se nos pidió bajo amenazas, los agentes cumplieron su advertencia, como se puede ver en el parte informativo de la puesta a disposición, que es la única prueba que nos relaciona con la delincuencia organizada.

“Ante tal circunstancia, tuvimos el temor de que nos fueran a incriminar de la forma señalada. Motivo por el cual nos tuvimos que incriminar, accediendo a decir que nosotros íbamos a acabar con los señores Monreal Ávila por instrucciones del señor Arturo Guardado Méndez, lo cual no es verdad.”

Según los quejosos, por medio de testigos protegidos las autoridades federales pretendían relacionarlos como integrantes del cártel del Golfo o Los Zetas.

“Por lo anterior, quiero que se desahogue toda la prueba necesaria para que se acredite que nunca he pertenecido o pertenezco ni a Los Zetas ni a ningún otro grupo de delincuentes”, subrayó Juan Carlos Esqueda.