Los días que conmovieron al Distrito Federal

El ataque de un pitbull y boxers le quitó la vida a un niño de un año y 8 meses; en otro caso una mujer mató a su marido por violador y golpeador.

|
El caso del bebé atacado por perros estremeció a la Ciudad de México y al país. (Milenio)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Humberto Ríos Navarrete/Milenio
MÉXICO, D.F.- El primer hecho ocurrió en la colonia Selene, delegación Tláhuac, cuando la pasividad de una mujer provocó que su Pitbull encabezara el ataque contra un niño de un año y ocho meses, luego de que su madre se viera obligada a replegarse en la reja de una casa, debido a que un auto, estacionado sobre la banqueta, obstruía el paso. Era una de las trampas que vecinos ponen en zaguanes de sus casas.

En ese momento el perro lanzó una mordida al niño y lo jaló de la pierna, cual presa, mientras se le unían tres más de la jauría, hembras de la raza bóxer, y comenzaron a zarandearlo como guiñapo. Al escuchar los gritos, algunas personas franquearon las rejas y rescataron el cuerpo, ya inerte, del patio de la casa, cuya dueña tenía referencias de quejas por agresiones de sus canes, entrenados para atacar.

Una de las imágenes obtenidas por peritos de la Procuraduría General de Justicia del DF, que se apersonaron en el domicilio para efectuar las diligencias de rigor, muestra a la madre sentada en una silla, cabizbaja, que abraza el cuerpo de la criatura, envuelto en una manta blanca, mientras su cabellera negra le cubre el rostro. El retrato producía una peculiar conmoción, más intensa que las demás.

Pronto los amos reaccionaron en defensa propia y de sus mascotas y salieron a las calles para demostrar que éstas no son violentas; lo hicieron después de que la noticia se divulgara en diferentes medios e inundara las redes sociales; y lo expresaron a los cuatro vientos, como antídoto contra la satanización: esa raza de perros no solo son amables, sino inofensivos, e incluso se usan para terapias de pacientes.

Mundo Patitas, una página de Facebook, lamentó “profundamente la muerte del niño, a causa del ataque de unos perros, y envía sus sinceras condolencias a la familia del menor. Detrás de toda esta tragedia, insistimos, no existen malos perros, ni razas potencialmente peligrosas. Todo es consecuencia de una mala e irresponsable tenencia, de maltrato de perros, o incluso víctimas inocentes de peleadores clandestinos…”

El día miércoles 7 la procuraduría informaba que había consignado ante un juez penal a la dueña de los perros, que el martes habían matado al pequeño. La mujer, de 48 años, fue trasladada al penal de Santa Marta Acatitla, acusada por su presunta responsabilidad en el delito de “homicidio doloso por omisión”.

Mató a su marido violador y golpeador

Por otro lado en segundo plano quedaba otro caso, no menos impactante, cuya solución también presentaba el procurador general de Justicia del DF, Rodolfo Ríos Garza: la aprehensión de una mujer —y dos cómplices—, acusada de haber decapitado al marido, por golpeador y violador. Había esperado 16 años.

Pero ni este último asunto ni el anterior borraban otro, el de los 12 desaparecidos del bar Heaven, que lleva 84 días sin que las autoridades tengan indicios, a pesar que han declarado más de 100 personas.

Una tarjeta resumía el hecho:

“El día 1 de agosto del año en curso, a las 07:50, aproximadamente, elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, recibieron un reporte relacionado con el hallazgo de un cuerpo sin vida y con ausencia de la extremidad superior por decapitación, del sexo masculino, en calle de Cerrada del Rincón, frente al número 218, colonia Gavillero, delegación Magdalena Contreras, por lo que al llegar al lugar confirmo tales hechos y solicito la presencia del represente social”.

Era segundo caso resuelto por la policía, durante la segunda semana de este mes, y que Ríos Garza daba a conocer.

El hallazgo había causado horror, sobre todo por la forma en que se había cometido el asesinato, no común en el DF, como es la decapitación, por lo que urgía a las autoridades resolver el asunto y evitar especulaciones, de modo que los agentes de Investigación, basados en resultados de dactiloscopia, supieron que el cuerpo, sin la “extremidad cefálica”, “correspondía a José Ángel, de 38 años”, quien en 2002, según una averiguación previa rastreada, “estuvo relacionado con el delito de abuso sexual”.

Los agentes, acompañados de peritos, enfilaron hacia el domicilio del que en vida respondía a ese nombre y se apellidaba Pérez González, situado en la delegación Magdalena Contreras.

No solo la maltrató y humilló, sino que había violado a su hija, ahora de 24, cuando tenía 8 años

Y llegaron a las 16:00 horas de ese día, jueves, y entrevistaron a vecinos, que dieron santo y seña de “una persona del sexo femenino, de aproximadamente 40 años, complexión robusta, tez blanca, 1.60 metros de estatura, cabello lacio, castaño oscuro y largo, la cual vestía pantalón de tela rosa, sudadera roja y botas de gamuza café…”

La descripción coincidía con una mujer que estaba en la esquina de Privada del Rincón y Ferrocarril de Cuernavaca. Los policías caminaron hacia ella, que aceleró el paso, en sentido contrario, y corrieron tras quien dijo llamarse Josefina, de 41 años, mientras se identificaban como agentes de Investigación.

Era la esposa.

Los agentes le preguntaron por José Ángel, su esposo, y ella respondió que tenía una semana que había salido en busca de trabajo a la ciudad de Cuernavaca, Morelos, y que no había forma de localizarlo.

Pero la mujer, según el reporte oficial, se contradijo varias veces y más tarde admitió que a las 03:00 del 1 de agosto decidió que era el momento de vengarse de su esposo, quien no solo la maltrató y humilló durante mucho tiempo, sino que había violado a su hija, ahora de 24, cuando tenía 8 años.

Nada más por eso.

Y fue así como aquella madrugada, mientras su esposo dormía, agarró un pedazo de madera, se trepó encima del marido y comenzó a golpearlo; enseguida llegó su yerno, Marcelino, quien lo picó varias veces con una navaja e hizo cortes alrededor del cuello.

Envolvieron el cuerpo en una sábana y lo liaron con una cuerda, lo subieron en una carretilla y lo arrojaron en un terreno baldío, cerca de la casa; Marcelino, mientras tanto, metió la cabeza en una mochila oscura, con una figura de un fantasmita en el respaldo, y la arrojó en una zona boscosa.

El presunto cómplice, de 25 años, fue localizado por la policía en un restaurante de comida japonesa, ubicado en Periférico y Picacho. Traía una navaja marca Lion Tools 7151, de 10 centímetros de mango y 9 de hoja. Dijo a los investigadores que su suegro había intentado violar a su niña de cinco años.

Doce desaparecidos

Y en medio de esos acontecimiento, las hojas del calendario dan vueltas, sin que nada se sepa de 12 desaparecidos, cuyos parientes viven en la zozobra.

El caso Heaven, mientras tanto, se resume, además de los detenidos y una centena de declarantes, en un expediente de 15 tomos y 13 reuniones de familiares de los ausentes con funcionarios de la procuraduría, pero sin avances en la investigación, aunque sí la difusión de rumores y declaraciones no corroboradas, en el sentido de que habían encontrado cadáveres de los desaparecidos en los estados de México y Veracruz.

El procurador Ríos Garza aclaró: “Mientras no tengamos la certeza de la muerte, tenemos la esperanza de vida…”

Y la incertidumbre avanza.

Ochenta y cuatro días.       

Lo más leído

skeleton





skeleton