Los expresidentes: Salinas, el 'ex exiliado'

Sus primero años tras dejar el poder se caracterizaron por su fracaso en ocupar la dirección de la OMC y por su decisión de residir en un suburbio de Dublín.

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Con la victoria de Peña Nieto, el pasado 1o de julio, y la designación de su gabinete el 30 de noviembre, Salinas afianzó su poder en México. (Agencia Reforma)
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Carole Simonnet/Agencia Reforma
MÉXICO, D.F.- Obligado a dejar el país en 1994 por diferencias políticas con su sucesor, Carlos Salinas de Gortari ha construido su regreso a la escena política en las pasadas dos administraciones panistas, cobijado por gobernadores y priistas cercanos al actual presidente Enrique Peña Nieto y que fueron miembros del gabinete salinista.

Aunque desde el 2000 realizó visitas frecuentes a México desde Dublín, La Habana y Londres, fue en las postrimerías de la gestión de Vicente Fox, el 29 de agosto 2005, cuando el ex Presidente anunció públicamente su reaparición. Lo hizo en un evento promovido por Televisa llamado "Celebremos México" en el que intelectuales, empresarios y políticos se comprometieron a trabajar por México.

La vuelta a la vida pública coincidió con la absolución otorgada dos meses antes a su hermano Raúl por el asesinato de su ex cuñado, José Francisco Ruiz Massieu (por el que estuvo preso 10 años), así como con el proceso interno para designar al candidato presidencial del PRI para los comicios del 2006.

Oficialmente, el ex mandatario regresó ese año como "gestor social" para el desarrollo de las comunidades pobres desde la fundación Solidaridad, pero en los hechos influyó en decisiones políticas del país y de la vida interna del tricolor.

La lideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, reveló que fue en la casa del ex Presidente, en la vía Olmos, camino a Santa Teresa, donde se negoció en 2003 la reforma fiscal con el entonces secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz. Posteriormente, Salinas operó para lograr la designación del ex gobernador de Tabasco, Roberto Madrazo, como candidato presidencial del PRI en 2006.

Su regreso a la arena política no fue terso. Quedó marcado por una tragedia personal: el homicidio de su hermano Enrique, cuyo cuerpo se encontró en un vehículo estacionado en el municipio mexiquense de Huixquilucan luego de que agentes de la AFI lo quisieron extorsionar.

Fue también abucheado en la toma de protesta como gobernador de Enrique Peña Nieto en septiembre de ese año, en el teatro Morelos de Toluca, y su activismo fue cuestionado por los partidos de izquierda y en especial por el aspirante del PRD a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador, quien desde 2004 lo había acusado de orquestar los "videoescándalos" junto a Diego Fernández de Cevallos, el Cisen y la Secretaría de Gobernación.

El empresario Carlos Ahumada, autor de los videos en el que se observaba a cercanos colaboradores del entonces jefe de gobierno capitalino recibir fajos de billetes en su oficina, reconoció en 2009 la responsabilidad de Salinas en planear el complot en su libro Derecho de Réplica. La versión fue confirmada también por el líder cubano, Fidel Castro.

"Salinas de Gortari y Fernández de Cevallos vieron los videos previamente y organizaron, con el secretario de Gobernación y el procurador general de la República del gobierno de Fox, Santiago Creel y Rafael Macedo de la Concha respectivamente, la ejecución de la denuncia y su divulgación posterior, ofreciéndole a cambio apoyo económico en sus negocios y protección judicial para él y su familia", escribió Castro en un texto divulgado el 13 de agosto de 2010.

El 'exilio'

Los primeros años de Salinas como ex Presidente se caracterizaron por su fracaso en ocupar la dirección de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y por su decisión de fijar su residencia en un suburbio de Dublín tras una huelga de hambre en Monterrey. Entre 1995 y 1997, fue integrante del Consejo de Directores de la empresa Dow Jones, editora del periódico estadounidense The Wall Street Journal. Dedicó tiempo a dar conferencias en universidades e instituciones privadas y a escribir libros para defender el final de su gestión marcada por el alzamiento armado zapatista, los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu y la crisis económica conocida como el "error de diciembre".

En 2000 salió a la venta México, un paso difícil a la Modernidad. En 2008 publicó La década perdida (1995-2006), neoliberalismo y populismo en México, su segundo libro, en el que critica los gobiernos de Zedillo y Vicente Fox y reivindica su gestión. Pero su intento por recomponer su imagen se vio debilitado cuando estuvo de nuevo en el centro de la polémica por la difusión en febrero de 2009 de una conversación particular del secretario de Comunicaciones y Transportes de Calderón y ex subsecretario de Agricultura en el salinismo, Luis Téllez, en la que se le escucha decir que Salinas se robó la mitad de la partida secreta. 

A esta indiscreción de un ex colaborador siguió otra revelación más comprometedora: en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui, el ex presidente Miguel de la Madrid acusó a Salinas de encubrir actividades ilícitas de su hermano Raúl con el crimen organizado. Desatado el escándalo, el PRI procedió a una maniobra de control de daños que llevó a De la Madrid a retractarse casi de inmediato, en un comunicado en el que alegó que no tenía todas sus facultades mentales cuando recibió a la comunicadora en su casa.

Pese a la polémica, Salinas asistió a la primera comunión de dos hijos de Peña Nieto celebrada a puerta cerrada en la catedral de Toluca en agosto de 2009. Y en 2010 hizo cada vez más frecuentes sus apariciones: el 15 de septiembre asistió a los festejos del Bicentenario en Palacio Nacional, invitado por Felipe Calderón.

Al terminar el año, promovió el libro Democracia Republicana. Ni Estado ni mercado: una alternativa ciudadana.  En entrevista con Reforma, aseguró haber combatido todos los cárteles de la droga y pidió dejar el reparto de culpas luego de que Calderón cuestionara el "pasado autoritario y corrupto" de México.

La crítica presidencial no le impidió sentarse en las primeras filas del homenaje de Estado a Miguel de la Madrid organizado en Palacio Nacional el pasado primero de abril por Calderón.

Con la victoria de Peña Nieto, el pasado 1o de julio, y la designación de su gabinete el 30 de noviembre, Salinas afianzó su poder en México, pues al menos siete secretarios y funcionarios nombrados tienen una cercanía con él: Francisco Rojas, Claudia Ruiz-Massieu Salinas, Antonio González Anaya, Rosario Robles, Ildefonso Guajardo, Emilio Lozoya y Luis Videgaray.

Este año no dudó en demostrar su felicidad en dos ocasiones. En el informe del gobernador de Quinta Roo, Roberto Borge, el 7 de septiembre, advirtió que "sólo una cirugía" podría borrarle la sonrisa.

Días después, se dejó retratar sonriente en la portada de la revista del corazón Hola con motivo de la boda de su hijo Juan Cristóbal Salinas Occelli con Natalia Esponda, en la que concurrieron cientos de políticos y empresarios influyentes.

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