Agencias
OAXACA, Oax.- Guadalupe López, profesora de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), da clases en una escuela primaria del municipio de San Antonio de la Cal, abandonó a sus alumnos para unirse al paro laboral, sin embargo, no acude ya a las marchas porque, dijo, “tengo un cargo de directora y estoy a punto de jubilarme”.

“Yo ya di mucho por el sindicato, casi toda mi vida, ahora me tienen que respetar que ya no puedo andar en esos ajetreos”.

Ante la situación que vive el estado de Oaxaca, la maestra decidió meter a sus hijos a una escuela privada, donde la colegiatura mensual es de 2 mil 500 pesos, más la respectiva inscripción.

Todos los días, a bordo de su camioneta CVR modelo 2011, de color rojo acude por sus hijos quienes, según la misma autoridad escolar del lugar “no son los mejores alumnos, pero tampoco los peores”.

Al colegio donde los lleva van los hijos de diputados, presidentes municipales, empresarios y profesionistas, quienes no se inmutan por el paro de labores que afectan a un millón de escolares.

En la entrada de la escuela hay cámaras de video seguridad y para estacionarse hay que tener una placa especial, para reservar lugar.

La profesora no quiere que le tomen, incluso se niega a la entrevista porque refiere que sería sancionado o multada por los miembros de su sindicato.

López tiene carrera magisterial, recibe un sueldo de ocho mil pesos quincenales estando en el nivel (A), más prestaciones, lo que le permite llevar una vida holgada por que su esposo es ingeniero y cuenta con su propia constructora.

El caso de esta maestra es excepcional, porque los profesores oaxaqueños no están sujetos a evaluación, sin embargo para tener esta posición de carrera magisterial se requiere solo de tener de una buena palanca o un buen padrino dentro de su sindicato.

(Con información de milenio.com)