Una maestra de 10: 'Me sorprendió ser la número uno en preescolar'

Pese a carencias en la escuela donde imparte clases, Rosario Alemán Pérez destacó entre los maestros que presentaron la evaluación docente.

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Rosario de Fátima Alemán Pérez, quien obtuvo el primer lugar en la evaluación de desempeño docente a nivel preescolar, imparte clases a 12 alumnos en el jardín de niños 'Sor Juana Inés de la Cruz'. (Fátima Alemán)
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Angélica Ferrer/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- Rosario de Fátima Alemán Pérez imparte clases a 12 alumnos en el jardín de niños "Sor Juana Inés de la Cruz", en el municipio de Culiacán, Sinaloa. Pese a las condiciones de la zona y el centro educativo, obtuvo el primer lugar en la evaluación de desempeño docente a nivel preescolar, realizada por la SEP.

Sinaloa es el tercer estado con el peor resultado en la evaluación aplicada a docentes de nivel básico (reprobaron el 21.10 por ciento de los participantes), pero Fátima fue uno de los 167 maestros de la entidad con un resultado destacado. 

El jardín de niños donde ella da clases carece de materiales suficientes para la enseñanza; la biblioteca es muy reducida y las docentes trabajan con lo que tienen a su alcance y lo que los padres de familia, quienes en su mayoría se dedican a labores del campo, pueden aportar para la escuela de sus hijos.

"Esperaba pasar cada etapa (del examen), sin embargo me sorprendió ser la número uno en preescolar de Sinaloa", dice en entrevista para Milenio.

La profesora, quien lleva nueve años dedicándose a la docencia, se preparó para el examen un mes antes de presentarlo, justo cuando la directora de la escuela le informó que había sido seleccionada para realizar la prueba.

"Me preparé durante el poco tiempo que tuve leyendo las guías que vienen en la página del Servicio Profesional Docente, además de hacer la compilación y análisis de la bibliografía que ahí se mencionaba para presentar el examen", explica.

Rosario de Fátima Alemán Pérez tendrá un aumento salarial del 35 por ciento por el resultado que obtuvo en la evaluación

Durante las tardes, después de dar clase, la educadora de 34 años se reunía con sus compañeras para estudiar y compartir lecturas sobre conocimientos de preescolar y competencias didácticas. Además, preparó un expediente con los objetivos y resultados de su método de enseñanza.

El 29 de octubre subió a la plataforma el expediente de evidencias de enseñanza y el 14 de noviembre, realizó el examen.

Fátima tenía miedo e incertidumbre sobre qué ocurriría si reprobaba el examen, porque si no pasaba la prueba en tres ocasiones, perdería su trabajo. No pudo dormir durante varios días, ya que no sabía qué pasaría con su carrera como maestra y con su familia.

"El examen me fue muy difícil presentarlo pues empezó tarde la aplicación. Las personas que vinieron de la Ciudad de México a aplicarlo fueron muy estrictas y no se podía tomar ni agua. Si me levantaba al baño, fueron muy claros en decir que el tiempo seguía corriendo. La prueba estuvo muy pesada en los cuestionamientos, eran demasiado extensos y las respuestas muy confusas; eran sobre casos de la práctica docente", detalla.

La presión y desesperación que la profesora del jardín de niños "Sor Juana Inés de la Cruz" tenía aumentó cuando se fue la luz por diez minutos, ya que el tiempo era muy poco para responder 160 reactivos.

"Antes de iniciar la segunda parte del examen, que fue la planeación argumentada, nos dieron 20 minutos para comer y volver a comenzar por cuatro horas más en el diseño. Ahí es donde me sentí muy segura de obtener un buen resultado, pues consideré los elementos que me pedían, además de utilizar mis conocimientos y experiencias de la práctica docente", afirma.

Pese a los nervios, al finalizar la prueba, Fátima se sintió satisfecha por haber hecho su mayor esfuerzo y estaba segura de que lograría un buen resultado. Esto lo confirmó el 29 de febrero, cuando vio su calificación en la página del Servicio Profesional Docente; atrás quedó el miedo, ahora se sentía feliz y muy orgullosa.

En el jardín de niños, sus compañeras, la supervisora y el apoyo técnico pedagógico la felicitaron, al igual que las madres de sus alumnos.

"Mis papás están muy orgullosos, pues sufrieron conmigo cada proceso de la evaluación. Veían lo angustiada que estaba y que me desvelaba preparando el análisis de las evidencias y estudiando. Me dijeron que ellos sabían que era capaz de pasar la evaluación. Siempre han creído en mi y lo valoro sobremanera", dice.

Alemán, quien tendrá un aumento salarial del 35 por ciento por el resultado que obtuvo en la evaluación, asegura que lo que más le agrada de dar clases es ayudar a los pequeños a que obtengan conocimientos que puedan aplicar a su vida, aprender junto con ellos y alentarlos para lograr todo lo que se propongan.

Por ahora, sus planes son continuar preparándose tomando cursos y diplomados para ser una mejor profesora y, en un futuro, ser directora para "desde otro lugar seguir apoyando a la educación".

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