Rogelio Agústín Esteban e Israel Navarro/Milenio
CHILPANCINGO, Guerrero.- Integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (Ceteg) de Guerrero irrumpieron en la sede del PRI en Chilpancingo, sacaron papelería del lugar y la quemaron en las escaleras.

Con el rostro cubierto, decenas de personas ingresaron el inmueble que se encontraba vacío.

Sacaron pendones y muebles de plástico y los quemaron.

En las paredes realizaron pintas y a los pocos minutos continuaron su paso rumbo al zócalo de la ciudad capital, donde se espera realicen un mitin.

Los manifestantes rompieron la malla de seguridad y se introdujeron a las oficinas que albergan la Confederación Nacional Campesina, además del auditorio José Francisco Ruiz Massieu.

Con un trascabo derribaron el busto del expresidente Plutarco Elías Calles, fundador del PRI y llamaron a la población a no permitir el desarrollo de las elecciones del próximo domingo.

Cuando se retiraron los manifestantes, policías federales y estatales ingresaron al inmueble para resguardarlo y apagar las llamas.

Los integrantes de la Ceteg llegaron al Congreso del estado donde realizan una protesta en el exterior. No se descarta que intenten ingresar. 

Maestros vandalizan el Congreso de Guerrero

Luego de causar destrozos en la sede del Partido Revolucionario Institucional, caminaron 500 metros, hasta el Congreso del Estado, donde de nueva cuenta realizaron pintas y destrozaron la caseta donde se ubica la Oficialía de Partes.

Ahí, los maestros sostuvieron un jaloneo con los policías antimotines que se encuentran en el lugar desde hace varios meses, ante las incursiones violentas de la Ceteg.

Ante esta situación, los propios maestros optaron por retirarse del lugar hacia el zócalo de Chilpancingo, el cual mantienen tomado desde octubre pasado.

Minutos después, los integrantes de la Ceteg llegaron al edificio de gobierno Juan N. Álvarez. Ahí, los manifestantes realizaron un mitin, pero fueron replegados por policías antimotines del estado.

En el cruce entre 16 de septiembre y 5 de mayo ambos frentes intercambiaron empujones y golpes, por eso un policía lanzó una bomba de gas lacrimógeno para disipar a manifestantes y granaderos.

Los policías permanecieron al pie de estas calles durante casi una hora hasta que ingresaron al inmueble, mientras que los maestros se reúnen con sus secciones sindicales para definir el plan de acciones que seguirían.