Agencias
MÉXICO, D.F.- La maternidad subrogada implica el riesgo de que a las personas reciban trato de objeto, al ser comercializadas sin respeto a sus derechos humanos, advirtió el abogado Marcelo Bartolini Esparza.

En entrevista con Notimex, el coautor del libro Maternidad subrogada, explotación de mujeres con fines reproductivos, explicó que las prácticas de este tipo implican el riesgo de injerencia de la delincuencia organizada, como pasó en Tailandia, donde las madres sustitutas eran mantenidas presas con guardias armados.

Además de serios problemas legales, porque las criaturas a veces quedan en el limbo, sin derecho a identidad, nombre ni nacionalidad, contrario a lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En el libro que escribió con Cándido Pérez Hernández y Adrián Rodríguez Alcocer, y que editó la Cámara de Diputados a través de la Comisión Especial para Combatir el Tráfico de Personas, plantea que esto se trata de una “fábrica de personas”.

El también director de Asuntos Públicos de “Early Institute” -centro de investigación dedicado a la protección de los derechos de la infancia- advirtió que se trata de un grave conflicto de derechos humanos y derecho internacional.

Se trata de un negocio que en países como India llegó a calcularse en dos mil millones de dólares y que lejos de implicar un acuerdo entre iguales, como argumentan sus defensores, supone una tremenda disparidad y discriminación.

Mientras en Estados Unidos o Canadá el pago que los padres “compradores” hacen para obtener un hijo es de 150 mil dólares, en algunos países de América Latina es de 45 mil dólares, lo cual perjudica seriamente el beneficio económico para la madre sustituta.

Países como Alemania, España o Francia han prohibido expresamente esta práctica, en México está aceptada en el Artículo 92 del Código Civil de Tabasco y en los artículos 283 a 297 del Código Familiar de Sinaloa.

Pero Coahuila lo prohibe expresamente, por tratarse de una práctica que supone violaciones graves a los derechos humanos.

En ese sentido, Bartolini Esparza, quien presentará el texto el próximo jueves 17 de septiembre en el Senado de la República, señaló que esas prácticas, aceptadas legalmente en algunos países, implican un serio riesgo de trata de personas.

Además, muchos médicos están de acuerdo en aceptarlas sin preguntar, lo que propicia el negocio de las clínicas que, bajo la fachada de ayudar a la fertilidad, generan esos negocios en los que la menor ganancia económica es para la madre sustituta.

Por lo anterior, el abogado hizo un llamado a reflexionar en ese tema e impedir dichas prácticas a través de los cambios legislativos que sean necesarios.

El tema también pasa por lograr acuerdos internacionales, porque conlleva un serio problema de discriminación, ya que el material genético a veces se compra en mercados globales, donde el material de un rubio de primer mundo vale 10 veces más que el de un indígena latinoamericano.