Quinceañera invadida por cáncer se aferra a la vida

A pesar de que los médicos le dan 2 % de esperanza de vida, la joven y su familia hacen todo lo posible por cambiar ese diagnostico.

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Con ayuda de su familia, vecinos y amigos, María de los Ángeles Carrillo celebró XV años el domingo pasado. (Jesús Quintanar/Milenio)
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Verónica Díaz/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- María de los Ángeles Carrillo en un año pasó de vivir una vida común a permanecer sedada en una cama de hospital a consecuencia de un cáncer en etapa cuatro presente en todo su cuerpo (con metástasis), pero después de una mejora sin precedentes, festeja ahora sus XV años de pie con una sola consigna: vivir el día porque quizá mañana no llegue.

En septiembre del año pasado, a consecuencia de la debilidad visual que le ocasionó un tumor cerebral, se golpeó muy fuerte en un poste. Su padre la llevó a varios consultorios y hospitales donde le recetaban aspirinas para disminuir el dolor, pues la diagnosticaban con contusión craneoencefálica.

"Una vez —recordó Angy, como le dicen de cariño— me atreví a ir a la escuela para explicar a los maestros por qué no iba a clases, pero no me creyeron y me hicieron correr en la clase de deportes, me desmayé y se me cayó el párpado del ojo".

Así comenzó el arduo camino de su padre, quien en medio de las convulsiones, pérdida de conocimiento, falta de apetito y mal estado de su hija encontró a un médico que operó el cerebro de Angy.

En la cirugía el médico descubrió un tumor maligno, del cual solo pudo extraer 80 por ciento. "Cuando desperté el doctor me dijo que yo no iba a poder caminar ni hablar, que iba a parecer de cristal", señaló la adolescente.

Al hospital infantil

Aunque respondió bien a la cirugía, el cuerpo de la pequeña presentó bolitas de todos los tamaños, la más grande estaba en el abdomen, de casi 25 centímetros. Entonces su médico la canalizó al Hospital Infantil Federico Gómez, donde es tratada por el oncólogo pediátrico Carlo Cicero y se le detectó la expansión del cáncer a varias zonas.

Cicero confirmó el diagnóstico de la menor en entrevista por correo electrónico: "nosotros tenemos que buscar todos los lugares donde el tumor puede dar metástasis, por lo que se realizan a su ingreso varios estudios dentro de los que se incluyen una tomografía, un gammagrama de los huesos y una biopsia de médula ósea".

El resultado de dichos estudios "nos demostró tumores en el piso de la pelvis, toda el área baja del abdomen, hígado, pulmón y la ya conocida en el cerebro. Además, el estudio de la médula ósea también resultó positivo para actividad de la enfermedad. Es decir, que prácticamente tenía tumor en todo su cuerpo", detalló el experto.

Explicó también que el tratamiento consistió en la aplicación de quimioterapia para reducir los tumores y, posteriormente, operar si queda alguna lesión; consolidar el sitio con radioterapia y complementar quimioterapia para poder erradicar cualquier célula con cáncer.

Respuesta inesperada

"Normalmente —señaló Cicero— se requieren entre tres y cinco ciclos de quimioterapia para hacer operables las lesiones. Probablemente la mayor sorpresa fue que, después del tercer ciclo quedaba muy poco tumor y después del quinto no encontramos lesiones operables", destacó el oncólogo.

"La causa de esta respuesta desde el punto de vista médico depende exclusivamente de la sensibilidad que tiene el tumor a los fármacos empleados", abundó.

El papá de Angy dice que los médicos le siguen dando solo dos por ciento de esperanza de vida, al que él y su hija se aferran.

La adolescente comentó que "hubo un tiempo en que ya no quería seguir adelante hasta que comprendí que quizá Dios me haya dado esta lección para ayudar a otros, para infundirles valor y esperanza, que sepan que se puede".

El doctor Cicero explicó que ahora es difícil tener un control definitivo de la enfermedad, "a pesar de no contar con lesiones aparentes en los estudios, no podemos asegurar que no exista algún tumor en su cuerpo, y la experiencia internacional en cuanto a la evolución habitual de este tipo de carcinomas hace que las posibilidades de recaída sean altas... La posibilidad real de que viva sin enfermedad por cinco años es de 30 por ciento o menos".

Este domingo, con ayuda de su familia, vecinos y amigos celebró XV años de vida en la colonia Lomas de San Miguel, en Atizapan de Zaragoza, Estado de México.

Con lluvia y frío, ella permaneció incólume; su padre dice que su fuerza es un milagro y ha fundado la asociación El sendero de Angy, a fin de apoyar a otros pacientes y ella sueña con ser doctora para curar el cáncer.

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