De atender mesas pasó a... tender la cama

María Fernanda era mesera de un bar hasta que un tenía alguien le dijo que podía ganar más dinero y... cerró los ojos.

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La historia de María Fernanda, una ama de casa que de mesera pasó a la prostitución, es la historia de miles de mujeres explotadas en México. La imagen es de contexto. (Archivo/NTX)
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Leticia Fernández/Milenio Digital
MÉXICO, DF.- María Fernanda es madre soltera, y aunque buscó y encontró trabajo de cajera en un centro comercial, el salario le era insuficiente para mantener a sus tres hijos. Así fue a parar a un bar en la calzada México-Tacuba.

La mujer, de unos 35 años de edad, laboraba como mesera, las propinas complementaban sus ingresos; sin embargo, al paso de los días le indicaron otras funciones, como acompañar a los clientes en las mesas, platicar y ser amable.

Cuando le dijeron que podía ganar más dinero accedió: de la ingesta de bebidas alcohólicas pasó a los tocamientos y después siguió el sexoservicio.

No muy convencida de lo que hacía, María Fernanda continuó, pero siempre ocultando sus actividades a su familia. Lo hizo una y otra vez hasta que un operativo de la Fiscalía de Investigación de Trata de Personas de la Procuraduría General de Justicia del DF llegó al bar alertados por una denuncia ciudadana.

Junto a María Fernanda estaban otras 32 mujeres que, a decir de las autoridades judiciales eran explotadas sexualmente, pues eran obligadas a entregar 40 por ciento de sus ganancias.

El expediente radicado en el juzgado 45 penal del Reclusorio Norte señala que la explotación consistía en que las mujeres tenían que fichar con los clientes y tener salidas para realizar sexoservicio.

Además, estaban obligadas a entregar 100 pesos por cada salida y si excedían el tiempo del servicio de una hora les exigían 100 pesos más o en su caso les quitaban todo el dinero.

Los encargados de estos negocios les imponían castigo si llegaban tarde, y no podían faltar los viernes, sábados y domingos que eran los días más concurridos.

Este 22 de marzo, el juez penal dictó auto de formal prisión a Leonardo Díaz Jiménez, María Elena Pérez Manzano, Uriel Guerrero Pérez, Samanta Guerrero Pérez, Socorro Reyes Montes y Blanca Estela Saucedo Nava.

También a Rosa Isela Téllez de Anda, Antonio López Morelos, María Esteban Flores Roque y Rita Elena López Mérida, presuntos responsables del delito de trata de personas.

Afuera del juzgado penal, algunas de las presuntas víctimas se presentaron a mostrar "solidaridad" con los detenidos, pues dicen que ellos, como empleados, solo atendían órdenes de los dueños, que no están dentro de los encarcelados.

María Fernanda y otras mujeres admiten que trabajaban bajo presión y aunque entregaban varios miles de pesos a la semana, hoy afirman que ya no tienen trabajo.

"Estamos buscando dónde vamos a trabajar, hay otros bares que ofrecen los mismos servicios y en esas andamos, pero está muy mal que nuestros compañeros estén en la cárcel", afirmó.

De acuerdo con la Ley General de Trata, en los centros nocturnos están prohibidos los espectáculos con mujeres desnudas, erotismo, bailes sobre la mesa, privados o salidas para el sexoservicio.

Bajo este ordenamiento es que la Fiscalía de Trata de Personas de la Pgjdf realiza los operativos de vigilancia para liberar a mujeres explotadas sexualmente.

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