Pueblos mexicanos, sacados de un cuento de Navidad

Pintorescos y rodeados de maravillas naturales, Tlapujahua y Chignahuapan son los mejores sitios para comprar adornos para la Navidad.

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Las esferas del municipio de Chignahuapan son conocidos a nivel mundial debido a la amplia gama de diseños, formas y colores que realizan sus creadores. Imagen de una artesana del lugar. (Archivo/Notimex)
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Georgina Navarrete/Milenio
MÉXICO, D.F.- El año está en su recta final y ya huele a ponche. Además de las posadas, nos entusiasma decorar la casa y mostrarle al mundo nuestro espíritu navideño, y qué mejor que con un oloroso pino cuajado de esferas multicolor orgullosamente “hechas en México”.

Cerca del Distrito Federal hay un par de pueblos mágicos que producen esta particular artesanía en cientos de versiones, tan coloridas como imaginativas: Chignahuapan, en Puebla, y Tlalpuhahua en Michoacán, pioneros en la confección de esferas de vidrio soplado, y pintadas a mano.

Esta técnica para trabajar el vidrio es considerada una herencia del arte popular mexicano, y las esferas una artesanía más que un simple adorno o pieza decorativa, por el empeño y creatividad que a través de varias generaciones ha evolucionado y ganado en perfección.

Tlalpujahua y su vidrio de colores

Fundado en el siglo XVI, este hermoso poblado michoacano vivió un largo esplendor gracias a la minería, que mantuvo activa su economía por casi cuatro siglos. Sin embargo, junto con la extracción de metales preciosos, el lugar comenzó a decaer en la década de los 1930.

Pero el ingenio mexicano es grande y las familias locales se inventaron una nueva fuente de ingresos: la confección de esferas navideñas, y en sólo tres décadas recuperaron la prosperidad perdida.

En invierno es, sin duda, la mejor época para visitar Tlalpujahua, no sólo para ver a los laboriosos artesanos trabajar en sus talleres y comprar todo tipo de adornos navideños a precios que fácilmente llegan a la mitad de lo que se encuentra en las tiendas de ciudad, sino porque es también cuando la mariposa Monarca plaga los oyameles de su santuario.

Si se quiere ver a los artesanos trabajar el vidrio es mejor ir entre semana, pues de viernes a domingo prefieren sacar sus puestos a acalle para capitalizar s inversión y su trabajo. Además de esta artesanía, en Tlalpujahua trabajan el arte plumario (casi en extinción), los cuadros con popotillo, las esculturas de cantera y los alambroides.

Chignahuapan, natural y pintoresco

La riqueza natural y cultural de Chiganahuapan lo convierten en un destino perfecto para pasear un fin de semana entero, conocer sus coloridas calles, su pintoresca plaza central y sus hermosas iglesias coloniales, al tempo que el sol se refleja y destella en las esferas navideñas que inundan las tiendas del lugar.

Este pueblo mágico, con renombre internacional por su artesanía navideña, es también famoso por su balneario de aguas termales y sulfurosas, ideales para darle descanso al cuerpo y bienestar a espíritu, así como por su laguna donde se puede nadar y pesar, y por la cascada de Quetzalapan.

Desde el cerro del Calvario se pueden observar las cúpulas de las tres iglesias del lugar: el Santuario de la Inmaculada Concepción con su estatua de la Guadalupana de 12 metros de altura; la Parroquia de Santiago Apóstol, con hermosos retablos barrocos, y el Santuario del Honguito, que guarda la imagen de Cristo crucificado, plasmada en un hongo fosilizado.

¿Cómo llego?

Para llegar a Tlapujahua el mejor camino desde el DF es por la salida a Toluca (vía rápida a Morelia), tomar la autopista Toluca-Atlacomulco y finalmente la desviación a la carretera estatal 5, con dirección a El Oro. Son alrededor de dos horas y media de camino.

Para Chignahuapan desde el DF son varios los caminos pero el más rápido según google maps y waze es el que sale por la carretera 132D México-Pachuca, desviarse a Tulancingo, luego a Acaxochitlán y finalmente hacia Zacatlán de las Manzanas. 15 kilómetros más adelante estaremos en destino. También se puede salir por Puebla o Texcoco.

¿Qué ver?

Si la idea es disfrutar todo el fin de semana, ambos pueblos tienen mucho qué ofrecer, para ver, comprar y comer.

Tlalpujahua:
  • Santuario de Nuestra señora del Carmen
  • Iglesia de San Francisco
  • Feria de la esfera Auditorio Municipal de octubre a diciembre)
  • Casa Museo Hermanos López Rayón (minería)
  • La Casa de Santa Claus (Allende 99)
  • Restaurante La Terraza (corundas  otros antojos de la región)
  • La casa de la Conserva y Casa Morales (Calle Torbellino, conservas y licores)
Chignahuapan:
  • Santuario de la Inmaculada Concepción
  • Santuario del Honguito
  • Parroquia de Santiago apóstol
  • Cerro del Calvario
  • Balneario termal (Hotel)
  • Laguna Almoloya (para pescar)
  • Cascada de Quetzalapan (senderismo)

¿Y el árbol?

Pero de qué nos sirven as esferas si no tenemos un árbol. Cerca del Distrito Federal hay varios viveros dedicados al cultivo de árboles navideños. El más famoso y tradicional es el de Amecameca, llamado Bosque de Árboles de Navidad. También hay en la Marquesa, en el Ajusco y en la carretera libre a Cuernavaca.

La ventaja de esos viveros es que están regulados y forman parte de un programa nacional de reforestación. De modo que, además de renovar los bosques, dan trabajo y alimento de decenas de familias mexicanas. Si nos gustan los pinos naturales, mejor que sea mexicano y no canadiense ¿no?

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