Agencias
CIUDAD DE MEXICO.- El sector de la minería podría ser uno de los pocos donde México puede lograr un "boom" bajo la gestión del futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha amenazado con cancelar el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (Tlcan).

De acuerdo con ansa.it, Carlos Serrano, economista en jefe del grupo financiero BBVA Bancomer, señala que la mayoría de los sectores, que generan el 60 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, crecerán a menor ritmo bajo la administración Trump.

No es el caso de la minería, uno de los escasos segmentos donde se pronostica un auge, y ello explica por qué las mineras mexicanas fueron las únicas que tuvieron ganancias en los mercados bursátiles tras la victoria de Trump en las elecciones del pasado 8 de noviembre.

Apenas se confirmó el triunfo del magnate inmobiliario, el 9 de noviembre, las acciones de firmas como Peñoles subieron 12.7 por ciento, las de Autlán 9.6 por ciento, en tanto que los títulos de Grupo México y de Frisco ganaron tres por ciento y 2.5 por ciento.

Los expertos consideran que la minería podría registrar un impulso porque aumentaría la demanda mundial de cobre y otros metales como el hierro, materia prima del acero, ante los ambiciosos planes de infraestructura que prometió desarrollar el futuro presidente de ese país. "México podría ser el sorprendente beneficiario de un aumento en el gasto de infraestructura en Estados Unidos", proclamó hace unos días el banco de inversión Merryl Lynch, con sede en Nueva York.

Este país es el octavo productor mundial de oro y en 2016 por sexto consecutivo como el líder en la producción de plata en todo el planeta.

En cuanto al cobre, es el décimo productor en todo el orbe, pero la mina abierta Buenavista del Cobre, filial del Grupo México, en Cananea, Sonora, en dos años se perfila para convertirse en la segunda productora de mineral rojo más grande del mundo, aunque actualmente ocupa el quinto lugar.

Además, México es el productor mundial número 15 de acero -cuya materia prima es el hierro- y produce 1.13 por ciento del total de este metal que se vende en el mundo, lo que representa 2,2% del Producto Interno Bruto.

El territorio nacional ocupa 1.9 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales el 70 por ciento tiene potencial para desarrollar proyectos mineros porque existe evolución geológica favorable, según el Mapa Geológico Mexicano.

Este mapa, el más completo y documentado de la historia, ha sido compilado por el gubernamental Servicio Geológico Mexicano (SGM), con apoyo de una flota de dos aviones Piper Navajo y King Air, dotados de cámara hiperspectral y equipo electromagnético aéreo y cuatro helicópteros Eurocopter, dos B y dos B3.

Tanto la flota como el equipo son los más modernos de América Latina y ningún servicio geológico de la región cuenta con tecnología tan avanzada.

Ello explica por qué la minería es uno de los sectores más dinámicos del país, a pesar de su retroceso coyuntural del tercer trimestre de este año, cuando registró una caída de 5.3 por ciento anual, que podría revertirse después de que Trump asuma su cargo.

Javier Lara, subgerente de Geofísica Aérea del SGM, señaló a ANSA que las aeronaves cuentan "con los más avanzados aparatos que no poseen ni los servicios geológicos de los países más avanzados", entre ellos un censor magnético de vapor de cesio, para medir el campo magnético de las diferentes zonas del país.

Mediante vuelos rasantes y complicadas maniobras de sus avezados pilotos, los aviones del SGM son capaces de detectar recursos minerales hasta a 20 metros de profundidad, lo que ha permitido explorar una buena parte de los recursos geológicos del país y ofrecerlos a las firmas mineras.

Hasta 2013, el gobierno había otorgado 32 mil 274 concesiones mineras que ocupan 362 mil 699 kilómetros cuadrados y 49 asignaciones (cuatro mil 458 kilómetros cuadrados) se otorgaron al SGM para desarrollo y concurso de nuevos proyectos. Pero esas superficies conforman apenas el 26.7 por ciento de la superficie con potencial para generar proyectos mineros, por lo que todavía la mayor parte del territorio mexicano es terreno virgen para ser estudiado y explotado en el futuro.