Fiscalía de Morelos tenía cementerio clandestino

La Fiscalía investiga a funcionarios y ex funcionarios de la misma dependencia por el entierro ilegal de cuerpos que estaban en sus morgues en todo el estado.

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Los cuerpos fueron colocados en dos fosas, apilados y separados por delgadas capas de tierra. Foto de contexto. (Archivo/AP)
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David Monroy/Milenio
CUERNAVACA, Morelos.- La Fiscalía General del Estado de Morelos inició una investigación contra funcionarios y ex funcionarios del sector central de la dependencia y de la Fiscalía Regional oriente, por el entierro ilegal y clandestino de más de 150 cuerpos que estaban en sus morgues distribuidas en todo el estado. 

El titular de la dependencia, Javier Pérez Durón, confirmó que la dependencia abrió una investigación para sancionar a los responsables de depositar los cuerpos y restos de diferentes personas que permanecían en calidad de desconocidas, sin que mediaran los procesos legales correspondientes en los ámbitos penal, pericial, sanitario y administrativo. 

Una investigación realizada por la familia de un hombre que fue encontrado en una de dos fosas comunes abiertas en el poblado de Tetelcingo, municipio de Cuautla, puso al descubierto las irregularidades atribuibles a funcionarios y ex funcionarios de la Coordinación General de Servicios Periciales de Fiscalía estatal, así como al ex titular de la dependencia, Rodrigo Dorantes Salgado, actualmente delegado de la Procuraduría General de la República en Durango, y el fiscal regional de la zona oriente del estado, José Manuel Serrano Salmerón. 

Este viernes, la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la Comisión Estatal de Víctimas y familiares de Oliver Wenceslao Rodríguez acudirán al poblado indígena de Tetelcingo a continuar con la indagatoria iniciada por la familia Rodríguez Hernández, y se presentarán en el lugar donde fueron enterrados los cuerpos de manera clandestina por la dependencia estatal, informaron fuentes del organismo. 

El caso de Oliver Wenceslao fue el que abrió a la luz pública dichas irregularidades y cuya investigación fue realizada de forma privada por la familia para indagar el lugar donde había sido llevado su cuerpo. Parte de esta investigación fue grabada en un video que los dolientes tomaron –durante la diligencia de rescate- pese a la negativa de las autoridades de la Fiscalía cuando acudieron a rescatar los restos de Oliver. 

Según esta investigación, los cuerpos y restos depositados fueron llevados e inhumados en el lugar sin los permisos correspondientes y de manera subrepticia. En la mayoría de los casos, los cuerpos no cuentan con número de carpeta de investigación ni siquiera constancia alguna del levantamiento del cuerpo. Según el video y la información recabada, los cadáveres fueron colocados en tablas que hacen las veces de camillas y luego embalados con plástico tipo PVC. 

Los cuerpos fueron colocados en las dos fosas, apilados y separados por delgadas capas de tierra. Algunos “paquetes” tienen incluida una botella de plástico –de las que se venden con agua purificada- en cuyo interior puede haber información o algún número de la carpeta de investigación, pero en lo general, la mayoría de los cuerpos carecen de algún dato. 

El caso de Oliver Wenceslao

Oliver Wenceslado Rodríguez fue privado de su libertad la noche del 24 de mayo de 2013 por varios sujetos, cuando la víctima recogía a sus hijos de la escuela en la colonia Ampliación Tepepa del municipio de Cuautla, lo cual quedó asentado en la carpeta de investigación CT-UIAE/83/2013 por el delito de desaparición de personas. 

Diez días después, su cuerpo fue encontrado en el barranco de Los Papayos, en el municipio de Ayala, colindante con el municipio de Cuautla, sin que se supiera el momento de quien se trataba. Tiempo después, tras ser identificado parcialmente, se practicaron algunos exámenes de ADN promovidos por su madre, a través de la Procuraduría General de Guerrero. Pero a pesar de que los resultados confirmaban la identidad, la dependencia morelense no entregó el cuerpo y pidió más tiempo para “otros peritajes”. 

Según la versión de la madre, recogida también por la CEDH, año y medio después –el cuatro de diciembre de 2014- de haberse localizado el cadáver, se les notificó que el cuerpo había sido enviado a una fosa común nueve meses antes, como se los confirmó el ya Fisca Regional oriente, Serrano Salmerón quien –según el testimonio de la familia- aseguró que el entonces fiscal general Rodrigo Dorantes Salgado, y la directora general de Servicios Periciales, Ana Lilia Guerrero Moreira, habían ordenado de Oliver Wenceslao y 150 cadáveres más. 

El 9 de diciembre de 2014, la Fiscalía finalmente accedió a entregar el cuerpo. A la diligencia acudió a la familia con la residencia de la dependencia, que logró presenciar los detalles de la exhumación de varios cuerpos, lo cual fue video grabado.

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