“No hubo explosión, de repente todo se cayó”

Contento, Alfonso trabajador de Pemex se detiene afuera del hospital para dar entrevistas a medios de comunicación.

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El presidente Enrique Peña Nieto realizó una visita al Hospital Ángeles Interlomas. (Notimex)
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Agencias
MÉXIC, DF.- Alfonso Caballero apenas lo puede creer. Este hombre de 38 años, quien trabajaba en el área de boletos de Petróleos Mexicanos al momento de la explosión, salió por su propio pie del Hospital Central Sur, en la colonia Picacho, después de menos de un día de permanecer en cama.

Contento, Alfonso se detiene afuera del hospital para dar entrevistas a medios de comunicación, en las que asegura: “No, no se escuchó ninguna explosión. De repente, todo se cayó”.

En la planta baja del edificio anexo B2, del centro administrativo de Pemex, todo iba normal hasta poco después de las tres de la tarde. Según el relato de Alfonso, a esa hora, decenas de trabajadores hacían fila para checar su salida, informa Milenio.

Él labora en el área donde se tramitan los boletos y su lugar de trabajo queda cerca de la puerta de salida. Cuenta que estaba sentado en su sitio cuando, sin ruidos de por medio, sintió que el techo se le iba encima.

“Yo siento que no hubo ninguna explosión. Yo no la escuché. El techo se nos vino abajo. Yo no vi los cuerpos de personas muertas, solo salí como pude, ayudándome con las manos para mover objetos y después me enteré de los muertos... De repente todo se cayó”, explicó.

Alfonso intentó cubrirse como pudo. Se lanzó al suelo y en su búsqueda de refugio, se lastimó las manos. Por eso lleva vendas, para cuidarse la fractura en el dedo de la mano derecha y un esguince en el brazo izquierdo.

Caballero no recuerda algún resplandor después del temblor, alguna luz que indique si había explosivos en el sótano. Solo se acuerda de la nube de polvo y de encontrarse afuera, a salvo: “Yo me salvé por mi instinto”.

Sin embargo, no sabe cómo explicar que otros de sus compañeros de área fallecieron en el incidente; además, cree que podría haber más personas bajo los escombros, pues a esa hora había más de 300 personas en el edificio, según sus cálculos.

De hecho, en el Hospital Central Sur vio a más compañeros heridos de los que se indicaba en los reportes oficiales y afirma que él estaba en un área con más de 20 personas heridas.

Alfonso no se queja. Señala que el sindicato de trabajadores se ha mantenido cerca de su familia y que por eso no tiene miedo de su futuro laboral.

“Yo no pienso que la libré, porque soy de los que piensa que cuando te toca, te toca. Yo creo que estoy bendecido de poder estar aquí todavía”, finalizó.

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