Agencias
MÉXICO, D.F.- Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social, consideró que el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades sin Hambre debe trascender la visión paternalista y asistencialista que ha generado dependencia crónica respecto de las transferencias monetarias.

"El gran triunfo de Oportunidades debe ser que las familias salgan del programa, no que se perpetúen en él con una visión de conformismo por lo que reciben", enfatizó la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).

"Es lo que tenemos que cambiar, debemos dotar al programa de puertas de salida que permitan la inclusión productiva para que la gente pueda salir adelante por su propio pie", recalcó.

En ese sentido, Robles Berlanga señaló que el rediseño de Oportunidades sin Hambre debe tener como eje la participación social, la productividad y la generación de ingresos para superar la pobreza generacional, según publica Notimex.

Dijo que pese a las buenas evaluaciones nacionales e internacionales del programa, los impactos no se reflejan en las cifras de bienestar social, ya que 52 millones de mexicanos están en condiciones de pobreza (47 por ciento) y 11.7 millones en pobreza extrema.

"Oportunidades sin Hambre debe convertirse en un puente sólido hacia la equidad y la inclusión, tiene que revisar a fondo su diseño, sus instrumentos de intervención, potenciar sus fortalezas y reconocer sus insuficiencias", reiteró.

Recuperar y fortalecer

Refirió que el diagnóstico sobre el rumbo que debe seguir este programa se ha delineado en foros con organismos nacionales, centros de investigación, instituciones académicas y expertos y coincide plenamente con la política social de nueva generación y con el enfoque de derechos que impulsa el presidente Enrique Peña Nieto.

También que se debe recuperar y fortalecer la coordinación intersectorial con las dependencias de salud y educación para mejorar la calidad de esos dos componentes sustantivos del capital humano.

Agregó que debe haber más fomento a la participación comunitaria e insertar al programa como parte de una estrategia de inclusión y bienestar social amplia y de largo plazo.

Rosario Robles destacó que diversos estudios han demostrado que si los programas de transferencias monetarias condicionadas no vinculan a los beneficiarios con políticas públicas que tengan un enfoque económico-productivo, un alto porcentaje de las familias caerá de nueva cuenta por debajo de la línea de bienestar.