Policías del DF se defienden mejor con los puños

La SSP capitalina cuenta con 42 pugilistas amateurs; dos de ellos, Javier Hernández y Armando Juárez, narran sus experiencias.

|
Un agente entrena en la Unidad de Protección Ciudadana de Aragón. (Mónica González/Milenio)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Alejandro Madrigal/Milenio
MÉXICO, D.F.- Armando y Javier hacen un striptease con sus uniformes de policías de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México.

Debajo de sus trajes azules llevan puesta su ropa deportiva y en su morral, en el que guardan su cinturón de trabajo y tolete, también traen un par de guantes de box y una medalla con la imagen de José Sulaimán, que colocan en el altar de la virgen de Guadalupe para comenzar el ritual del vendaje que protege sus manos para arrancar el entrenamiento de box.

Los dos policías se alejaron de patrullar las calles de Aragón, en la delegación Gustavo A. Madero, y también les cambiaron sus nombres por los apodos El Pollo y El Cuatoche, respectivamente, como se acostumbra en el mundo del boxeo.

Armando y Javier son dos policías rasos de la SSP capitalina  que entrenan el deporte de las narices chatas con la aspiración de representar a su corporación en el próximo torneo internacional de box entre policías a realizarse en Virginia, Estados Unidos, el próximo año.

Registros oficiales

Armando El Pollo Juárez, con número de placa 892835, tiene un récord como boxeador amateur de 38 peleas; 27 ganadas, 15 nocauts, siete empates y cuatro combates perdidos.

En tanto, Javier El Cuatoche Hernández, con placa de la SSP capitalina 892693, comienza en el mundo del pugilismo con cuatro peleas, tres de ellas ganadas, dos con nocauts y solo un combate perdido.

Pero en las calles también han noqueado. Uno de sus mejores golpes como policía, lo dio Armando en febrero de 2013 al detener a un violador en la zona de Aragón.

Así de suertudo es Armando, y en cada pelea lo ratifica, porque suele ganarse a la gente, “quizás porque soy chaparrito y les doy ternura”, y  siempre la porra termina de su lado, “ese es uno de mis logros” y que lo han llevado a ganar nueve medallas en el boxeo, dice orgulloso.

Boxeo con inteligencia

En la Secretaría de Seguridad Pública capitalina solo existen 42 policías pugilistas amateurs, en las 67 Unidades de Protección a la Ciudadanía de todo el Distrito Federal, cifra que quieren incrementar para que sus efectivos también usen el entrenamiento de boxeo para actuar con inteligencia en enfrentamientos y marchas, como lo explica el entrenador, el policía segundo y boxeador profesional, Édgar Ríos.

“En la calle el boxeo nos sirve bastante, como es un deporte de contacto les ayuda a los elementos a comprender cómo se va a mover y estar más despiertos. En el momento en que vienen las multitudes que nos tocan disipar, teniendo este tipo de entrenamiento nos hace más ágiles, más despiertos, actuar con más movilidad. Sin embargo, no es necesario que vayamos a un enfrentamiento o ir sobre ellos, al contrario nos ayuda a ser más inteligentes y a pensar”, dice.

Armando y Javier desde noviembre están comisionados en la Unidad  de Protección a la Ciudadanía (UPC), por lo que su misión a corto plazo es representar a la corporación en el próximo torneo interpolicial de la Ciudad de México, a organizarse en septiembre en el Comité Olímpico Mexicano, para ganar y de esta manera viajar a Estados Unidos a cumplir el sueño americano y representar a México como policías boxeadores, ilusión que no pudieron cumplir el año pasado por la falta de visas.

Otra de las pruebas llegó el pasado mes de mayo, cuando Armando y Javier compitieron en el primer torneo de box de la Policía Federal de la Comisión Nacional de Seguridad; El Pollo se trajo una medalla de bronce y El Cuatoche, como novato, llegó a octavos de final y fue eliminado.

“Fue una satisfacción muy bonita, porque tenía de espectador como a 300 elementos federales, civiles, policías estatales, marinos y soldados”, platica El Pollo.

“En mi gimnasio he peleado con gente de la calle que se dedica a otras cosas, les dicen que soy policía y entonces ellos le entran con todo y ahora si van sobre de ti a tratar de acabarte, y aunque no esté uniformado van con todo a querer noquearme”, dice El Cuatoche Hernández.

Compraron su equipo

Los policías entrenan en un galerón de la UPC de Aragón con las herramientas que ellos mismos han comprado, como sus guantes de box con un costo superior a los mil pesos —los cuales ya están rotos por el uso— y han adquirido equipo para acondicionar el gimnasio con el apoyo de todos los uniformados.

Su gimnasio se trata de una bodega fría que tiene un ring improvisado con las medidas oficiales, pero que tiene solo dos cuerdas y el entarimado es de solo 15 centímetros de altura, usando tarimas de madera cubiertas de cartón y forradas lonas comerciales, en este caso de una tienda de renta y venta de películas que les obsequiaron.

Pero más allá de intentar debutar a estos policías como boxeadores profesionales, el reto de la UPC de Aragón, en la delegación Gustavo A. Madero, es atraer a más policías al deporte, evitar el sobrepeso y tener elementos más completos.

Lo más leído

skeleton





skeleton