Agencias
MÉXICO, D.F.- El origen étnico, el género y la geografía, así como la dispersión de los programas públicos de apoyo son los principales retos que el país enfrenta en la atención a la infancia, aseguró Erika Strand, jefa de Programas Públicos de Unicef en México.

Al encabezar con Isabel Crowley, representante en México del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el informe "Alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio con equidad", destacó que a pesar de los promedios positivos de México en el cumplimiento de los objetivos para con la infancia, aún hay retos importantes.

Los programas se dispersan o duplican. A veces, niños con niveles intermedios de pobreza tienen apoyo hasta de dos programas de gobierno, mientras niños en pobreza extrema, no cuentan con ninguno.

De ahí se desprende la necesidad de contar con estándares mínimos de bienestar para los niños aceptados y compartidos por todas las autoridades, actualmente Unicef México trabaja con el INEE en crear estándares para educación indígena; tener un padrón único de beneficiarios y definir claramente la población objetivo.

En su oportunidad, Dalio Allí Alonso, jefe de Comunicación en Unicef-México, leyó un mensaje a nombre de Isabel Crowley, quien se encontraba afónica, en donde señaló algunos de los hallazgos importantes de este estudio, que analiza el cumplimiento de las Metas del Milenio desde la perspectiva de la infancia.

Aunque los promedios del país son buenos en el cumplimiento de las metas, con excepción de la meta de disminuir la mortalidad materna que no se alcanzará, observando más a detalle se notan algunas desigualdades preocupantes. Por ejemplo, las niñas en las áreas rurales y de origen indígena, sufren más marginación que los demás.

Por ello, se debe hacer más progresivo el presupuesto para atender a la infancia, pues de acuerdo con el informe, los mayores beneficios llegan a las clases medias bajas, mientras que los más pobres siguen esperando apoyos, especialmente en el rango de uno a cinco años, etapa definitoria en la vida.

Hay discrepancia en la calidad de la educación y atención médica y hacen falta criterios de equidad, registro de nacimientos y más cuidado en seguridad, pues ha aumentado el número de menores de edad que son víctimas de violencia.

No obstante, reconoció como un gran avance la reciente publicación de la Ley de Protección de los Derechos de la Infancia, sobre la cual Erika Strand señaló que si bien eleva la importancia del tema hasta el nivel presidencial, requiere dinero y voluntad política para su aplicación.

Sobre el tema de la dispersión de los programas, Gabriel Székely, director del Centro de Estudios Educativos y Sociales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, dijo que es una tragedia ver todo el dinero que se gasta en programas sociales que no se complementan e incluso se contraponen.

Aunque el promedio de las metas del milenio se cumplirá, dijo, el 30 por ciento de la población está en pobreza y hay 125 municipios que desde hace 10 años se mantienen en el peor atraso, en niveles similares a los más pobres del mundo, y no se ven opciones de que en el corto plazo la situación mejore.

Frente a la dispersión de los programas sociales, sugirió avanzar en la puesta en marcha de un sistema de cobertura universal, porque el esquema actual es insostenible.

Quienes están en la formalidad cuentan con seguridad social, mientras que quienes no lo están (el doble de personas) reciben de alguna manera beneficios de programas estatales y municipales que se duplican o triplican, pero que son financieramente insostenibles en el largo plazo.

En el mismo encuentro, Gabriel Rivera Conde, encargado de la Presidencia de la República para dar seguimiento a los Objetivos del Desarrollo del Milenio, indicó que México no cumplirá la meta de disminuir la mortandad materna, como tampoco lo harán otros países de América Latina.