Ulises Díaz / Agencia Reforma
MÉXICO, D.F. En 2011, Estados Unidos exportó a México 340 millones de kilogramos de baterías usadas, un incremento de 36 por ciento sobre el año pasado y esta es una tendencia que se ha presentado en los últimos años, documenta el Secretariado para la Comisión Ambiental de ese país.

Durante 2010, EU mandó al país 250 millones de kg de esta clase de materiales; en 2009, fueron 175 y en 2008 fueron 140, y en general, de acuerdo con el documento "Estudio sobre las exportaciones de baterías usadas generadas en Estados Unidos y el reciclaje secundario en México".

"En la actualidad, de 30 a 60 por ciento del total de baterías recicladas en México provienen de Estados Unidos. Dicho reciclaje se lleva a cabo en un marco normativo con controles menos estrictos en lo que respecta a contaminación por plomo y protección de los trabajadores y la salud pública", señala el informe.

El estudio establece que si se comparan los procedimientos mexicanos con los protocolos, procesos y tecnologías estadounidenses, hay un amplio abanico de prácticas que se podrían adoptar y que no se están tomando en cuenta, en detrimento del País.

Las baterías en desuso están catalogadas por ley como residuos peligrosos

Javier Campos, director general de Sitrasa, una empresa mexicana dedicada al reciclaje de baterías, explicó que efectivamente este no es un proceso sencillo y que además no siempre hay una retribución económica involucrada.

"Las baterías están catalogadas por ley como residuos peligrosos, así que hay que hacer una disposición adecuada de ellas y no se pueden ir a la basura y en este cumplimiento no se pueden ir a un relleno sanitario, por lo que el reciclaje es una cuestión de requerimiento legal", explicó este empresario.

Esta compañía se ha esforzado por adquirir la mejor tecnología y estandarizar sus procedimientos al nivel de la Unión Europea, incluso hace poco recibieron un premio en España por esto, pero Campos reconoció que el reciclaje se hace más por requerimiento que por beneficio.

Por ejemplo, en México las empresas y usuarios que quieren desechar sus pilas tienen que pagar a las compañías recicladoras por sus servicios y no reciben compensación, como sí ocurre con el manejo de otros desechos como papel o aluminio que incluso son grandes negocios.

Además, mientras que en otros países, de la Unión Europea o Canadá hay subsidios para la reconversión, en el País el costo depende de quien decide hacerlo.

"Los beneficios que hay de reciclar es que ya no se tiene que hacer extracción de las minas, y se pueden recuperar ciertas cantidades de zinc, manganeso y acero, pero la ventaja es ambiental 100 por ciento, económicamente hay pocos beneficios", explicó.