Salvan la vida 19 mil mexicanos por culpa de los impuestos

Las alzas a las bebidas azucaradas representan una disminución en su consumo, lo que a la larga mejora la salud de la población mexicana.

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Los mexicanos son los que más refrescos consumen con 163 litros al año. (Archivo/ SIPSE)
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David Marcial Pérez/ El País
CIUDAD DE MÉXICO.- Los mexicanos ocupan el segundo lugar en obesidad a nivel mundial y mucha de la culpa es por el consumo de refrescos. Sin embargo, las medidas recaudatorias impuestas a esta industria han reducido, por lo menos de manera mínima, el consumo de este producto entre la población mexicana. Los anterior, como lo demuestra la siguiente nota de El País, solamente tiene como resultado una cosa: menos muertes por diabetes en los próximos años. 

Menos diabetes, menos infartos y, en definitiva, menos muertes. Hasta 18 mil 900 vidas podrían salvarse en el país durante una década gracias a los efectos disuasorios del impuesto sobre bebidas azucaradas que lleva funcionando desde hace tres años. Un estudio de la Universidad de California concluye además que si el país con más diabetes de Latinoamérica logra una reducción prologada y constante del consumo de refrescos se ahorraría hasta 983 millones de dólares en gastos médicos.

El trabajo, publicado esta semana en la revista científica Plos Medicine, se basa en una proyección estadística al cruzar información demográfica y epidemiológica de adultos entre los 45 y 94 años con datos de consumo de refresco. Los resultados indican que dando por buena una reducción del 10 por ciento en bebidas azucaradas, los casos de diabetes bajarían en 189 mil 300 y en 20 mil 400 los infartos y enfermedades cardiovasculares derivadas en el intervalo de 10 años.

México vive una epidemia de obesidad y diabetes. A siete de cada 10 adultos y uno por cada tres menores le sobran kilos. Es el segundo país con más sobrepeso del mundo, solo por detrás de Estados Unidos. Los mexicanos son los que más refrescos consumen —163 litros al año— y los que más mueren por diabetes en toda Latinoamérica según la OMS. La diabetes es la segunda causa de muerte en México —por delante del cáncer— hasta convertirse en una verdadera una emergencia sanitaria en el país.

Los mexicanos son los que más refrescos consumen y los que más mueren por diabetes en toda Latinoamérica

El Gobierno lanzó en 2013 un plan de choque en diferentes frentes: el educativo, la publicidad, y hasta el fiscal. Casi tres años después de la implantación del gravamen especial sobre las bebidas azucaradas, los resultados son aún inciertos. Algunos analistas estiman que estos productos están profundamente incrustados en los hábitos de los mexicanos, sobre todo de las capas más pobres, y que pese a un aumento de su precio, su consumo no baja.

Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) estableció que las ventas de las bebidas azucaradas cayeron en promedio un seis por ciento durante 2014. La industria del sector, que se ha opuesto con ferocidad al gravamen aduciendo su poca utilidad en la esfera de la salud pública, presentó a su vez sus propios resultados. La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac) anunció que la caída de las ventas anuales de 2014 no llegó ni al dos por ciento, mientras que el año pasado no hubo apenas variación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha defendido recientemente los beneficios de un impuesto que aumente un 20 por ciento el precio de las bebidas azucaradas, señalándolas como una de las principales causas de la obesidad y diabetes que afecta a cientos de millones de personas en el mundo. En México, el camino ha sido sin embargo a la inversa. Tras una primera tasa del 10 por ciento, la presión de la industria logró el año pasado reducir la carga fiscal a la mitad.

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La Universidad de California es concluyente: “La alta prevalencia de diabetes en México representa una crisis de salud pública. Mientras que el impacto en el largo plazo del impuesto en México aún se desconoce, sí está comprobado que una reducción del consumo rebajaría sustancialmente los índices de mortalidad por diabetes así como reduciría los costes sanitarios asociados”.

El coste económico de la crecida diabética ha sido reconocido por los propios dirigentes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación ha llegado a hablar de una cocacolización de los hábitos de consumo en México y ha advertido que para 2017, el sistema público necesitará para tratar la diabetes cinco mil 600 millones de dólares al año, una cuarta parte el presupuesto total del IMSS.

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