Cómo elegir correctamente un casco de motociclista

La calidad y resistencia del artefacto pueden ser la diferencia si el conductor sufre algún accidente.

|
Cascos para motociclistas hay de todos colores, diseños y tamaños. Lo importante es que el conductor esté protegido en caso de sufrir un accidente. (Notimex)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
SAN LUIS POTOSÍ, México.- El uso y la calidad de las protecciones que deben portar quienes conducen motocicleta, como es el casco, puede salvar la vida en un accidente, pero conocedores advierten que esta prenda caduca en cuatro o cinco años.

¿Realidad o estrategia comercial? Representantes de la Harley-Davidson en el estado descartan que sea un dicho para vender más, porque por ese motivo los cascos deben contar con fecha de caducidad y categoría de seguridad de una a cinco estrellas, para dar protección en caso de accidentes.

Sobre este punto, en entrevistas por separado, conductores de motocicleta dijeron desconocer que exista una fecha de caducidad para los cascos y coincidieron en que podría tratarse de una estrategia para vender ese producto.

Reportes de la Dirección General de Seguridad Pública Municipal (DGSPM) señalan que el casco puede prevenir hasta en 40 por ciento lesiones letales; sin embargo los conductores de ese transporte se preocupan más por evadir una infracción de tránsito que por su seguridad, y en caso de portar casco optan por el más económico.

El documento refiere que de diciembre de 2014 a mayo pasado, en esta localidad se reportaron 262 accidentes en los que dos personas fallecieron y 241 resultaron lesionadas.

Sobre el tema, Mario Marmolejo, instructor del Riding Academy de la Compañía Harley-Davidson, afirmó que el casco, cuya duración es de cuatro a cinco años, dependiendo de su uso, es indispensable y obligatorio al conducir una motocicleta y puede hacer la diferencia entre salvar la vida o ser parte de una estadística.

En el mercado, dijo, se pueden encontrar variedad de modelos y diseños, así como de diferentes niveles de seguridad que permite al conductor minimizar el golpe y las lesiones que se pueden producir en una caída por conducir a exceso de velocidad.

Por ello, continuó, antes de adquirir un casco se debe preguntar: ¿dónde y para qué se usará?, así como optar por comprar seguridad y no estética, tomar en cuenta la talla y verificar que cumple con las normas de seguridad y de calidad requerida.

¿Cómo mido mi talla?

Mario Marmolejo aclaró que para transitar por la ciudad en recorridos cortos se puede usar el denominado medio casco, pero para viajar en carretera, donde se requiere de mayor seguridad y protección para los oídos, ojos, mentón y cráneo, necesariamente se ocupa un casco completo.

Sobre la talla de estos productos, explicó que se obtiene midiendo la circunferencia del cráneo dos centímetros arriba de las cejas y debe quedar justo, pero sin apretar ni estar flojo pues al caer, éste corre el riesgo de salir y dejar desprotegido el cráneo.

Para saber cuáles son los más confiables y las mejores marcas, precisó, existen diferentes estándares o normas oficiales en las que se abordan los aspectos de calidad y resistencia.

Este producto también debe pasar diferentes pruebas para hacerse merecedor a una categoría fijada en estrellas (de una a cinco), que reflejan el nivel de seguridad, además de sujetarse a las normas en la materia.

Marmolejo recordó que las normas que regularmente se usan para la creación de dichos productos son europeas, inglesas o de Estados Unidos; en el caso particular de Harley-Davidson aplica la estadunidense “DOT”, que se sujeta a los estándares dispuestos por el Departamento de Transporte (Department of Transportation).

Tras opinar que entre las mejores marcas de cascos se encuentran AGV, Bell y Harley-Davidson, planteó que las investigaciones en materia de seguridad vial han avanzado mucho más en Europa y Estados Unidos que el resto del mundo.

Destacó que ahora se cuenta con certificaciones internacionales que avalan la seguridad, resistencia, impacto y estabilidad de un determinado casco, para lo cual deben pasar pruebas que reproducen un impacto o accidente.

Lo anterior, permite comprobar que una vez fabricados en grandes cantidades, mantienen la calidad y resistencia.

¿Cuántas estrellas?

Como parte del control de calidad se evalúa la rigidez de la carcasa o calota, la retención, absorción de impactos, seguridad e incluso se aplica la prueba de climatología, en el que se somete el casco a calor y frío extremo, además de la proyección de agua .

Según los resultados obtenidos se establece una lista de los más seguros, con una valoración máxima que llega a cinco estrellas, por tener más pruebas superadas en calidad, protección y resistencia.

En tanto, se asigna una estrella al nivel más bajo, aunque esto no quiere decir que por tener esta categoría no sirva para proteger la cabeza, todo depende de los requerimientos del usuario.

Obtener una certificación, insistió Marmolejo, indica que lo hace apto y seguro para usarse, y según los lineamientos a esto se denomina homologación, “lo más importante es que sea capaz de absorber y disipar la mayor cantidad de energía posible para que nuestra cabeza sufra el menor daño posible”.

Entre las certificaciones internacionales más importantes se encuentran: en Estados Unidos, DOT y SNELL; en Europa, ECE y ONU R22; en Japón, SG y JIS; en Canadá, CSA CAN3-D230-M85; en Brasil, NBR 7471; en Korea, KS G 7001, y en Australia, AS 1698-2006.

México cuenta con la norma Oficial Mexicana NOM-S-17-1978 para cascos de seguridad usados en vehículos automotores, y para saber si están homologados se debe observar su etiqueta, toda vez que ésta debe señalar qué certificación tiene.

Sobre los materiales con los que se fabrica este tipo de protección, Marmolejo comentó que llevan una capa de poliestireno en el interior, que evita daños en la cabeza, toda vez que amortigua el golpe.

También cuentan con un acolchado interno, cuya función principal es mantener la cabeza firme. Éste en algunas marcas se pude cambiar cuando el casco se siente suelto o está deteriorado.

Depende del uso

A su vez, Fernando Luna de la Vega, gerente general de Harley-Davidson San Luis, habló de la importancia de verificar la fecha de caducidad en un casco, toda vez que no se trata de una estrategia de las compañías para vender más unidades, como muchos piensan, sino de un producto en beneficio de los motociclistas.

Por ello recomendó siempre comprar cascos nuevos y donde se pueda saber su caducidad, ya que los de segunda mano carecen de esa garantía y se desconoce si han sufrido alguna caída.

La caducidad en promedio es de cuatro a cinco años, pero también depende del uso que se le dé, toda vez que un casco que se ha caído a una altura mayor de un metro o con el que se ha sufrido un percance, requiere de un cambio inmediato porque lo más seguro es que se haya fracturado su interior y con ello perdido su efectividad.

En tanto, continuó, si se compra un casco caducado se corre el riesgo de que los materiales de resina termoplástica o de policarbonato que tiene en su interior se fracturen o se hagan rígidos y ya no cumpla con el objetivo de proteger, pues siempre debe estar flexible, para amortiguar el golpe.

Para saber cuándo cambiar un casco recomendó como primer punto identificar el material con el que fue fabricada la carcasa o cubierta exterior, que puede ser de fibra de carbono, ABS, policarbonato, termoplásticos o fibra de vidrio, entre otros plásticos.

Dicho material se daña con los rayos ultravioleta del sol; sin embargo, siempre son pintados en fábrica, por lo que basta con la pintura para protegerlos de la radiación solar.

Esta protección para la cabeza se debe renovar si la carcasa presenta fisuras, grietas, raspaduras profundas o golpes importantes en la parte externa, pero no cuando sólo le falta un poco de pintura.

La segunda parte más importante del casco es la capa de poliestireno de su interior, porque es la que “absorbe los golpes” y evita que la cabeza sufra daños en un accidente, toda vez que “las burbujas del poliestireno comienzan a estallar y retardan el impacto absorbiendo el golpe por fases.

Esta pieza se deteriora con el tiempo por el sol y se hace rígido, por lo que ya no ofrece protección ante un percance, pero “esto ocurre alrededor de los cinco años si se usa de manera constante el casco o un poco más si se ocupa con menos frecuencia”.

Fernando Luna aclaró que basta un golpe para que la carcasa pierda sus propiedades, por lo que si se tiene una caída que haya dejado marcas el poliestireno deja de funcionar y en consecuencia se debe cambiar el casco.

También si el poliestireno interior del casco ha perdido su forma original, si han quedado comprimidas algunas partes y no recuperan su forma o si se presionan y están demasiado blandas, pues ello indica que ya no sirve.

En cuanto al acolchado interno, cuya función es mantener la cabeza firme dentro del casco y la comodidad, indicó que si se puede reemplazar pues al ser relleno de esponja pierde su forma con el uso.

Que no escatimen

Por último, Mario Marmolejo puntualizó que al desechar un casco inservible o que ha concluido su vida útil se le deben cortar las correas para evitar que sea recogido y reutilizado por otra persona, quien pondría en riesgo su vida.

Asimismo, recomendó no escatimar al comprar un casco, ya que la mayoría de consumidores buscan un bajo precio en éstos sin importar la seguridad y protección que les ofrezca.

Muchas compañías, comentó, dan facilidades de pago; un casco seguro y económico puede conseguirse desde unos mil 500 pesos, hasta equipos muy sofisticados con mucha tecnología, que tienen un costo de más de ocho mil pesos.

Usar un casco seguro y propio, así como elegir el apropiado, además de usarlo de manera correcta y complementar con chamarras y zapatos especiales, así como manejar de manera prudente, dará mayor seguridad de que se sobrevivirá en un accidente.

Lo más leído

skeleton





skeleton