'Cuando salimos, vimos que ya no teníamos nada'

Norma y su familia vivieron momentos de terror durante el tornado: el viento era muy fuerte y había granizo del tamaño de pelotas de beisbol.

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Muchas familias de Ciudad Acuña perdieron su patrimonio a causa de la fuerza del tornado del pasado lunes. (Notimex)
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Angélica Ferrer/Milenio
CIUDAD ACUÑA, Coahuila.- Mientras preparaba el desayuno de su esposo, Norma Acuña se percató de que la tormenta que caía era inusual; el viento era muy fuerte, las bolas de granizo eran del tamaño de una pelota de beisbol y el sonido de los relámpagos era estridente. Ellos viven en el Fraccionamiento Santa Teresa, uno de los más afectados por el tornado que devastó Ciudad Acuña, Coahuila.

Al notar que la intensidad de la lluvia no disminuía, Norma le dijo a su esposo que no fuera a trabajar, que no saliera.

"Él inicia sus labores a las 5:30 horas. Le dije 'no puedes salir, está muy feo'; le pedí que me creyera porque yo sentía que algo malo iba a pasar. A los pocos minutos, el aguacero cayó más fuerte, el granizo era del tamaño de una bola de beisbol. No lo podía creer. Lo primero que hice fue cerrar la puerta de la cocina y correr por mi esposo a la sala", dice vía telefónica.

'Al menos a nosotros nos quedaron las paredes, pero a varias personas sólo le quedaron las 'raíces''

Norma corrió al dormitorio de su hija de trece años, donde ella dormía con otras dos amigas de doce y quince años, que estaban de visita. Ella despertó a las niñas y los cinco se encerraron en el baño.

"El viento rompió vidrios, se llevó todo. Yo le gritaba desesperada a mi hija que corriera a mi lado para salvarnos, pero el aire le cerró la puerta de la recámara. Ya que pudo abrirla, nos aferramos todos y en el baño nos hicimos 'bolita' junto al lavabo. Ahí comenzamos a rezar".

Cuando el viento cesó, los cinco revisaron que todos estuvieran bien; sólo tuvieron heridas menores causadas por los vidrios rotos.

Norma comenta que lo más impactante para ella y su familia fue ver que su hogar estaba destruido.

"Cuando salimos del baño, vimos que ya no teníamos nada, la casa estaba sin techo. El tornado se llevó toda nuestra ropa y documentos oficiales. El comedor estaba destrozado, las ventanas rotas. No teníamos sala ni electrodomésticos. Mi hija me dijo que cuando corría hacia mí, vio cómo el techo se desprendía, levantando las cobijas de su cama. Al salir a la calle se escuchaban llantos, gritos pidiendo ayuda médica y buscar a un bebé que después encontraron muerto; vimos los autos encima de las casas. Fue horrible".

Incertidumbre

La familia Acuña se siente afortunada por sobrevivir al paso del tornado, pero les duele ver que el hogar construido con el esfuerzo de todos quedara en ruinas.

"Los bienes materiales también duelen. Acabábamos de ampliar la casa y poner piso nuevo con el dinero de la pensión de mi esposo. Planeábamos poner un negocio de comida pero todo se perdió", dice.

Acerca de la casa, Acuña explica que aún no sabe si el Infonavit pagará los daños. "No nos han dicho nada. Afortunadamente yo tengo una casa en otra colonia alejada de ahí y pudimos venirnos para acá, pero las autoridades no nos han indicado qué sucederá".

Norma planear empezar de nuevo a como dé lugar; quiere poner un puesto de comida en la casa donde se encuentra para ganar dinero y reconstruir parte de su patrimonio.

"No sé qué voy a hacer, pero comenzaré a trabajar. Al menos a nosotros nos quedaron las paredes, pero a varias personas sólo le quedaron las 'raíces' de sus casas", finalizó.

La cifra de personas muertas ascendió a 14, mientras que la cifra de heridos es de unos 200 así como 200 casas dañadas. 

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