La mejor amiga para un niño con autismo

'Aba', de tres años, se ha convertido para Emmanuel en su guía y compañera para integrarse mejor a la sociedad.

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El comportamiento de Emmanuel ha mejorado desde la llegada de Abam quien es el primer perro de autismo entregado en México por la fundación Bocalán México. (Notimex)
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Notimex
CIUDAD DE MÉXICO.- El pequeño Emmanuel y su perra Aba son más que buenos amigos. Ella, un labrador retriever de tres años, se ha convertido en su compañera y guía para integrarse mejor a la sociedad y, sobre todo, reducir las conductas de fuga que padece por su problema de autismo.

Diagnosticado con este padecimiento cuando tenía dos años, al igual que muchas personas, Emmanuel enfrentó dificultades severas para comunicarse con su familia porque tuvo una alteración del lenguaje con mutismo e inatención, que incluso hizo pensar en una posible sordera.

“Nos dimos cuenta a los dos años porque no hablaba. Le hablábamos y él pasaba sin hacernos caso; nosotros creíamos que tenía algún problema de oído y por eso no nos escuchaba”, expone Lucia García Sotelo, mamá del menor.

La conducta del autista tiene además una amplia variedad de alteraciones. Con frecuencia, explica Claudia Paola Aguilar Torrentera, directora general de Bocalán México, muestra una muy deficiente interacción social, evita el contacto visual y elude al interlocutor.

Asimismo, es común que tengan rasgos de conducta rígida y resistencia a los cambios porque disfrutan el mismo juego o juguetes de manera monótona, por ejemplo, y además tienden a comer y vestir lo de siempre.

La especialista comenta que las estereotipias motoras son notables en estos pacientes, pues en repetidas ocasiones hay aleteo de manos, giros de la cabeza y balanceo de ciertas partes o todo el cuerpo.

Los berrinches de larga duración son otra manifestación muy habitual y de difícil manejo en los pacientes con autismo. “En Emanuel ha habido una diminución en los berrinches”, resalta Aguilar Torrentera y argumenta que la mejora del menor es gracias a la llegada de Aba, el primer perro de autismo entregado en México por esta fundación.

La hembra de pelaje color amarrillo inició su entrenamiento para convertirse en un perro de asistencia en la sede de Guadalajara, Jalisco, y hace un año arribó a la Ciudad de México para conocer a su pequeño amigo y usuario, con quien ha tenido un excelente proceso de acoplamiento.

La titular de esta organización subraya que Aba es un estímulo sensorial e innovador para las terapias del menor de ocho años. “El pelaje, la lengua, las patas y las formas de moverse atraen al niño y ayudan para obtener más participación en sus terapias”, acentúa.

Debido a su apariencia amigable y temperamento, abunda Aguilar Torrentera, esta raza es idónea para trabajar aquellas habilidades que ayudan a disminuir en estos pacientes las conductas de fuga y estereotipias, así como mejorar los patrones de sueño.

En ese contexto, la señora García Sotelo, habitante de la delegación Benito Juárez en la Ciudad de México, relata que su hijo adquiere cada vez mayor independencia en sus actividades cotidianas. “Emanuel tenía conductas de fuga porque salía corriendo por impulso, y esto dejo de suceder porque todo el tiempo va sujetado a Aba”.

Lo anterior sucede porque el niño va anclado a través de un cinturón a la perra y, cuando hay fuga, Aba se sienta o acuesta para frenar esta conducta.

Incluso, narra en entrevista, los avances con el pequeño han sido tan significativos que hoy en día puede vestir, cepillarse los dientes y acudir al sanitario solo. El menor también ha mostrado gran interés por buscar y jugar con su único hermano, Julio, de nueve años, con quien llega “hasta pelear”, expone.

Aguilar Torrentera destaca a su vez que la peluda amiga esta adiestrada para dormir junto al menor y ayudarlo a relajarse, disminuir los niveles de ansiedad y mejorar los patrones de sueño mediante el tacto.

Así, la presencia de Aba ha elevado de manera trascendental y positiva las conductas sociales de este pequeño con trastorno del espectro autista (TEA), una afección que carece de una causa específica, pero se trata de una condición con alta predisposición genética combina con factores ambientales.

De acuerdo con la Clínica Mexicana de Autismo, uno de cada 300 niños vive con esta condición en México. Se estima que cada año son registrados más de seis mil nuevos casos.

En Estados Unidos, el Instituto Nacional de Salud Mental reportó que en 2012 había un caso de TEA por cada 88 menores.

“En nuestro país hay personas que llegan a la edad adulta sin ser diagnosticadas por falta de información de los médicos pediatras y también por desinterés de los padres, al dejar a sus hijos en caso perdido”, puntualiza la directora general de Bocalán México.

Por tal situación, Aguilar Torrentera hace énfasis en la importancia de hacer una detección temprana del autismo, ya que entre “más temprano, más fácil será la intervención en el niño”.

En tanto, la señora García Sotelo dice que Emamnuel sigue con su tratamiento farmacológico y lo refuerza con terapias cognitivo-conductuales en una escuela, en donde le enseñan las letras, colores y figuras, además de practicar equinoterapia.

“Al principio es difícil porque realmente no sabes que es lo que tiene (…). Si vives tu duelo porque es algo que no esperabas, no has vivido y no conocías; entonces lo primero es aceptar y ponerte a trabajar para buscar información, leer y ver en que le puedes ayudar para salir adelante”, expresa.

Hoy en día, Emanuel camina a paso seguro sobre el parque y al lado de Aba, uno de los perros de asistencia patrocinados por la marca de alimento Ganador y uno de los cinco animales entregados por dicha fundación para personas sordas, con diabetes tipo I y alguna discapacidad.

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