En cuestión de vinos, el mexicano ya es 'menos malinchista'

El consumo de vino es inferior comparado con la cerveza, por lo que buscan dar mayor promoción a la bebida.

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Unas 500 hectáreas en el estado de Querétaro son dedicadas al cultivo de la vid. (Notimex)
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Agencias
TEQUISQUIAPAN, Querétaro.- El estado de Baja California, con el Mar de Cortés de un lado y el Océano Pacífico del otro, es el principal productor de vinos de mesa de México, sin embargo, el mayor exportador nacional es un estado que se ubica muy lejos del mar: Querétaro.

A dos horas de la capital mexicana, los municipios queretanos de Ezequiel Montes y Tequisquiapan tienen un microclima ideal para la vinicultura por encontrarse a la entrada del desierto, afirma Ignacio Calderón Muñoz de Cote, presidente de la Asociación de Vinicultores de Querétaro.

Esta asociación, que agrupa a los 23 productores de uva para vino más grandes de Querétaro, impulsa el enoturismo con eventos como La Feria del Queso y el Vino o el Festival de la Paella.

Y es que, actualmente la vinicultura es un negocio en expansión, y solo alrededor de 30 por ciento del vino que se consume en el país es nacional. “Buscamos abrir los mercados, el mexicano ya busca y se identifica con sus productos, es menos malinchista que antes”, asegura.

El presidente de la asociación afirma a Notimex que en el país se consumen 600 mililitros de vino por persona al año en promedio, lo que es poco si se compara con el consumo de cerveza, que de acuerdo con la Profeco, fue de 60 litros al año por persona en 2013.

Clima propicio

De acuerdo con Calderón Muñoz de Cote, alrededor de 500 hectáreas en la región son dedicadas al cultivo de la vid, y esta cifra crece alrededor 15 por ciento al año.

Este aumento, asegura, podría ser mayor, pero a nivel mundial el consumo de vino también ha crecido y escasean las plantas de vid, por lo cual lleva alrededor de un año esperando nuevas variedades para sembrar.

El experto asegura que el clima semidesértico de la región es propicio para el cultivo de la uva, pese a que en bajío, la época de lluvias de junio a septiembre, coincida con la época de cosecha.

“Llueve muy poco. Es una de las cosas que un poco equivocadamente la gente ha dicho de Querétaro, que no se puede hacer vino porque llueve en época de cosecha (…) lo que no se dan cuenta es que llueve muy poco, porque es un semidesierto”, señala.

A su decir, lo ideal sería que no lloviera, “pero no hay una sola región del mundo que sea ideal, en la que todas las condiciones se den como tú las necesitas y quieres. Si eres técnico y sabes manejar tu viñedo no tienes mayor problema”, afirma.

Tradición mantenida

Explica además que el cultivo de vid tiene historia en la región. En la década de los 60 del siglo pasado se cultivaban uvas principalmente para preparar brandi, bebida de moda entonces. En esa época más de tres mil hectáreas se dedicaron a la siembra de la uva y aparecieron los primeros productores de vino de la zona.

“No se consumía mucho vino en México y no era de la mejor calidad el que se producía, pero ya se veía que se podía”.

La industria nacional del brandi decayó cuando México suscribió el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio en 1986, porque salía más barato importar brandi que producirlo. Además, el gusto de los mexicanos se inclinó por el ron.

La llegada de la empresa de origen catalán Freixenet ese mismo año, mantuvo la producción de uva en la región. Actualmente dicha empresa es la principal productora y exportadora de vino de la región, y la responsable de que Querétaro sea el principal vendedor de vino mexicano al mundo, enfatiza el directivo.

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