Javier Vega/Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- A finales de la década pasada e inicios de esta se redujeron los índices de violencia en Tijuana, una ciudad que había sido catalogada como una de las más violentas del mundo. El sueño duró poco: desde 2015 se ha ubicado como la segunda ciudad con más homicidios dolosos con arma de fuego en el país, solo detrás de Acapulco, de acuerdo con estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

En los primeros cuatro meses del presente año se han reportado 164 asesinatos de este tipo en la alcaldía fronteriza con San Diego, Estados Unidos, lo que deja un promedio diario de 1.3 delitos.

Un año antes se cometieron 393 delitos y la tasa de homicidios dolosos en Tijuana se ubicó en los 35.82 casos por cada 100 mil habitantes, cifra lejana a los 104.62 que reportó Acapulco (primer lugar nacional), pero está dentro de los primeros 20 entre dos mil 450 municipios del país.

Durante la primera década del milenio, la crisis de inseguridad que azotó a ese ayuntamiento fue provocada en gran parte por la confrontación entre el cártel de los Arellano Félix y el cártel de Sinaloa. Para 2006 se reportaban poco menos de 500 homicidios dolosos, pero para 2008 esa cifra aumentó a 685 casos.

A partir de ese momento el gobierno federal implementó el Operativo Conjunto Tijuana para atender el problema de seguridad. En los años venideros fue considerado como un caso de éxito. La intervención de tres mil 300 efectivos del Ejército, Marina y Policía Federal, junto con la coordinación del sector privado fue fundamental para disminuir los índices delictivos.

La colaboración entre empresarios y autoridades para dar seguimiento a las acciones gubernamentales tuvo resultados positivos entre 2008 y 2012.

Desde entonces, las cifras han empeorado. En 2012 Tijuana reportó 161 homicidios con arma de fuego (tres casos menos de los que registra entre enero y abril de 2016) y se ubicó como la novena alcaldía con más decesos violentos del país.

Ese fue el último año de ligera tranquilidad para el municipio. Para 2013 se reportaron 270 víctimas mortales por arma de fuego, lo que representó la tercera cifra más alta a escala nacional, superada únicamente por las registradas en Acapulco, Guerrero, (609) y Culiacán, Sinaloa, (430).

A partir de entonces, el tema sobre el repunte de la violencia en Tijuana fue tratado por académicos que catalogaron al periodo comprendido entre 2008 y 2009 como un momento de "relativa falta de violencia".

Un informe del Instituto Baker de la Universidad Rice y realizado por el especialista Nathan Jones, señala que la detención en 2010 del capo Teo García, perteneciente al cártel de los Arellano Félix, fue clave para el establecimiento de la paz en la zona. Además, señala que el repunte de los homicidios en 2013 se atribuyó a las rivalidades en el comercio local de drogas pues el cártel de Sinaloa tenía un bajo nivel de control sobre los narcomenudistas.

Para 2014 los homicidios se redujeron 17.8 por ciento en Tijuana y se posicionó como el quinto municipio más violento. De acuerdo con el SNSP, Culiacán fue la alcaldía con más asesinatos con arma de fuego con 349 casos, seguido por Acapulco, Guerrero; Ecatepec, Estado de México y Ciudad Juárez, Chihuahua.