Luis Fuente/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Los primos Humberto A. V. e Irving A. C., de 16 y 18 años de edad, respectivamente, fueron acusados de tentativa de homicidio, tras acuchillar el sábado pasado a Irving C. B. a las afueras del bazar San Juan en el Centro Histórico de Mérida.

La carpeta de investigación integrada por la Fiscalía General de Justicia del Estado contiene datos de prueba de la participación de esta pareja en el ataque a la víctima, quien permanece ingresado en el hospital O’Horán donde el reporte de su estado de salud es grave, pero estable.

Por ello, la FGE turnó a Humberto al Juzgado de Control Especializado en Justicia para Adolescentes y a su primo Irving al Juzgado de Control de Mérida, donde se llevarán la audiencia de imputación. Ambos fueron acusados de tentativa de homicidio y se solicitó la prisión preventiva.

Los hechos sucedieron poco antes de las 14:00 horas del sábado 2 pasado cuando los ahora detenidos esperaron a que Irving C. saliera de su trabajo en un local de venta de discos “pirata” en la calle 67 entre 60 y 62 para interceptarlo en un ajuste de cuentas de pandilleros.

Al verse en desventaja numérica, la víctima corrió sobre la calle 67 hacia la 62, pero al llegar a la esquina en el puesto de periódicos que se ubica en ese cruce, chocó con una pareja, lo que permitió a sus perseguidores alcanzarlo.

Uno de sus rivales sacó un cuchillo de unos 30 centímetros (tipo cazador) que el clavó en el costado derecho del Torax de Irving Alejandro, quien todavía logró avanzar unos 20 metros sobre la 62 y caer cerca de un acceso al Bazar San Juan.

Mientras que sus agresores corrieron sobre la 67 con dirección al mercado Lucas de Gálvez.

Testigos del ataque solicitaron los servicios de emergencia y dieron las características de los agresores a agentes de la Policía Municipal de Mérida, quienes realizaron un operativo que permitió el arresto de los dos sospechosos.

Al lugar llegaron paramédicos de la Policía Municipal de Mérida, quienes aplicaron los primeros auxilios al herido y ante el temor de que se desangrara si le sacaban el cuchillo, los especialistas fijaron el arma para que se moviera lo menos posible y trasladarlo al hospital O’Horán.