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MÉRIDA, YUC.- La tradición de colocar un altar de finados en las casas se ha ido perdiendo debido a que en estas fechas los precios de las ofrendas que se ponen en las mesas aumentan de 30 a 50 por ciento en esta época.

Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. El ofrecimiento es para estar cerca de los muertos para dialogar con su recuerdo.

Ana María Herrera Herrera, quien realiza sus compras para poner su altar, explicó que, según la tradición, cada año los muertos realizan un viaje para visitar a los vivos y son recibidos con festejos, comida y algunos elementos que les permitirán emprender nuevamente el camino de regreso a su lugar de descanso, por eso es importante que el altar esté listo el 30 de octubre por la noche para recibirlos y no se pierdan en el camino.

“Son varios los elementos que deben estar en la mesa, pero cada año es más difícil que podamos poner todos, porque hoy todo está caro. Además, en estas épocas los precios se incrementan aun más, hasta en 50 por ciento”, indicó.

Un altar de muertos es rendir honor a los familiares o allegados fallecidos y de cierta manera es hacerles saber que los extrañamos. De acuerdo con la tradición se ponen ofrendas para que los muertos disfruten cada año al realizar su viaje de regreso.

La ofrenda de muertos debe tener varios elementos esenciales. Si faltara uno de ellos, se pierde aunque no del todo, el encanto espiritual que lo rodea, por eso los comerciantes aprovechan y aumentan sus precios.