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MÉRIDA, Yucatán.- El número de lesionados por picaduras y mordeduras de animales silvestres y mascotas aumentó de forma notable durante 2014 en Yucatán, al grado que en promedio se tuvo que hospitalizar a 10 personas por día.

Desafortunadamente, durante el año pasado ocho personas perdieron la vida ante el ataque de las abejas africanizadas, un perro, un toro y una vaca, revelaron la Secretaría de Salud federal, la Fiscalía General del Estado (FGE) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Diversas son las especies de animales que atacan a los yucatecos, cuando de manera directa son mordidos o picados, así como de manera indirecta cuando son corneados, pateados, entre otro tipo de agresión o accidente.

El caso más reciente se registró el pasado jueves 19, cuando abejas africanizadas atacaron a un grupo de 12 empleados de Servicios Integrados para la Conservación del Estado (Sicey), cuando laboraban en el Hospital Psiquiátrico “Yucatán”.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) de la Secretaría de Salud federal, en el Estado se registraron tres mil 599 personas lesionadas por picaduras de abejas, escorpiones y otros tipos de animales venenosos, así como por mordidas por perros, serpientes y diversos tipos de mamíferos.

Por ende, registró un aumento del 23.8 por ciento con respecto a 2013, cuando fueron dos mil 907 las personas hospitalizadas.

Mientras tanto la FGE y la SSP también reportaron al menos 18 casos de personas atacadas, de los cuales, 11 fueron por toros, cinco por caballos y uno más, por una vaca, e incluso, por una cacerola de mar.

Estos ataques dejaron un saldo de ocho personas muertas, cinco fallecieron a consecuencia de choque anafiláctico ocasionado por picaduras de abejas. 

Afortunadamente, aunque ya se detectó la presencia en Yucatán de la letal araña viuda negra, aún no hay víctimas.

Asimismo existe una disminución en el índice de personas ingresadas por intoxicación por alacrán y notablemente aminoró el caso de yucatecos mordidos por serpientes.

En la entidad prevalece un subregistro, principalmente en el área rural, pues los afectados optan por no acudir con el médico, y consideran tal situación como algo “normal” dentro de su vida.