Podemos rescatar nuestra relación más respetuosa con la naturaleza defendiendo el cuidado de los animales. Como consecuencia de una mayor conciencia y de una cultura de respeto, en algunos lugares se han dado pasos importantes en este tema.

En el 2011, el Congreso del Estado actualizó la Ley para la Protección de la Fauna del Estado de Yucatán, que contempla, entre otras cosas, sanciones a actos de crueldad contra las especies animales.

Esta disposición debe ser de interés para todos, principalmente para quienes tenemos mascotas. Ojo, está penado por la ley tener un animal y no atenderlo, no brindarle atención veterinaria cuando lo requiera o dejarle abandonado. También prohíbe mantenerlos sin espacio suficiente para su movilidad, permanentemente atados o a la intemperie; descuidar su albergue, negarles comida y agua, y todo aquello que pudiera ocasionarles un daño.

Es difícil de creer y de escribir que tengan que existir leyes de este tipo porque existen quienes son capaces de lastimar, torturar, maltratar y abandonar a sus animales.

En otros lugares, como en el Distrito Federal, hay proyectos gubernamentales como el de construir un Gran Hospital Veterinario, lo cual me parece una idea maravillosa, sobre todo porque plantea ofrecer servicios gratuitos para la atención de perros callejeros.

Este es un planteamiento que está en vías de desarrollo, pero mientras se concreta, los capitalinos cuentan con un servicio gubernamental de una línea telefónica de información y asesoría veterinaria, a fin de evitar riesgos de enfermedades por contagio de animales a seres humanos y viceversa.

Las campañas de vacunación, de esterilización y desparasitación deben ser esfuerzos permanentes que nos permitan ser más conscientes y respetuosos de la fauna.

La idea del hospital veterinario, impulsada por grupos protectores de animales maltratados es un buen ejemplo de lo que podemos hacer: darles voz a los que no pueden hablar.}