William Sierra/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Desde hace 15 años, los integrantes de la familia Cetina Canto llegan al Santuario Guadalupano para dar de comer y beber a los antorchistas, como parte de un agradecimiento a la Virgen María por los favores recibidos y al mismo tiempo les permite inculcar buenos valores a las nuevas generaciones.

Año con año, en el marco de las festividades guadalupanas vienen a dar un poco de lo que la Virgen de Guadalupe y Dios les da.

Además de repartir comida entre los viajeros, acuden al Hospital O’Horán para distribuir dos latas de cochinita, además de 500 jugos de bolsita, como parte de una labor en donde se involucran hijos, sus esposas, yernos y nietos, junto con el tronco de la familia, don Omar Cetina Cardeña, y su esposa, quien pidió omitir su nombre.

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Esta práctica surge en agradecimiento a las bondades económicas recibidas al caerles un “dinerito extra en casa", mismo que les permitió "compartir con el prójimo algo que Dios les entregó”.

Al principio, no sabían cómo compartir lo recibido y andando se toparon en el camino con los antorchistas, y les llamó la atención que aunque no tengan nada para comer, vienen motivados por su fe y devoción.

“Hay veces no tienen ni para el camión. Es más me ha tocado irme descalza al tener que regalar mis zapatos. En la medida que podamos ayudarlos lo vamos hacer”, comentó la esposa de don Omar.

Algo que los llena de orgullo es que con estas acciones están inculcando buenos valores en su familia, lo cual hoy en día en muchas se han perdido por falta de unidad, misma que muestra la familia Cetina Canto.