Arquidiócesis de Yucatán celebra a enfermeros en su día

Recuerdan que los trabajadores del sector salud son como el buen samaritano que apoya al hombre herido.

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El Arzobispo de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, reconoció la vocación de los trabajadores del sector salud. (Milenio Novedades)
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Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La Arquidiócesis de Yucatán se une a la celebración del Día de la Enfermera y Enfermero en este 6 de enero y hace un reconocimiento a la enorme y delicada labor que realizan en favor de nuestros hermanos enfermos. 

En su trabajo de cada día resplandecen los valores de la comprensión, el consuelo y la fraternidad. Podemos decir a la luz del Evangelio, que quien se acerca a un hermano agobiado por la enfermedad se acerca a Cristo mismo, independientemente de que el profesional de la salud sea creyente o no.  El agente de la salud es el buen samaritano de la parábola, que se para al lado del hombre herido, haciéndose su “prójimo” en la caridad (Cf. Lc. 10, 29-37).

Profesión, vocación y misión se encuentran y, en la visión cristiana de la vida y de la salud, se integran recíprocamente. Bajo esta luz la actividad sanitaria toma un nuevo y más alto sentido como “servicio a la vida” y “ministerio terapéutico”. 

Ministro de la vida,  el agente de la salud, la enfermera o el enfermero, es “ministro” de aquel Dios, que en la Escritura es presentado como “amante de la vida” (Sab. 11, 26). 

Servir a la vida es servir a Dios en el hombre: volverse “colaborador de Dios en la recuperación de la salud del cuerpo enfermo”  y dar alabanza y gloria a Dios en la acogida amorosa de la vida, sobre todo si está débil y enferma.

El servicio a la vida se convierte en ministerio de salvación, o sea, anuncio que realiza el amor redentor de Cristo. “Médicos, enfermeros, los otros agentes de la salud, voluntarios, son llamados a ser la imagen viva de Cristo y de su Iglesia en el amor hacia los enfermos y los que sufren”: testimonios del “Evangelio de  la vida”  (Carta de los agentes sanitarios, Juan Pablo II, 1995).

Ruego al Señor por ustedes, queridos enfermeros y enfermeras, para que les conceda el don de la perseverancia en esta noble labor que mitiga el dolor de tantos hermanos nuestros y les imparto mi bendición en su día.

Mérida, Yucatán, 6 de enero de 2014.
† Emilio Carlos Berlie Belaunzarán
Arzobispo de Yucatán.

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