William Sierra/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Ante la gravedad del incremento en el número de suicidios en la entidad, la Iglesia Católica no puede mantenerse pasiva, por ello exhorta a la sociedad a colaborar y buscar soluciones a esta problemática, expresó el Arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega.

Señaló que se debe trabajar sin hacer distinción de credos ni afinidades políticas, ya que el suicidio es un problema que involucra a todos los sectores.  

De acuerdo con reportes oficiales, en lo que va del año en la entidad hay registrados cerca de 150 casos de suicidio, muchos de ellos de jóvenes.

Monseñor Rodíguez Vega indicó que se requiere del esfuerzo común, aunque el primer escalón de prevención les corresponde a los propios padres de familia. “Deben estar más cercanos con ellos (los jóvenes), que se preocupan por saber dónde andan, con quiénes están, saber lo que están viviendo."

El prelado dijo que situaciones como el alcoholismo o la drogadicción pueden ser detonantes para esta decisión fatal,  por lo que se debe ver como un problema que afecta a la sociedad entera. 

“Los padres de familia son los primeros responsables, luego las autoridades civiles, que tienen que procurar cosas y espacios donde los jóvenes puedan realizarse positivamente en actividades como el arte, el deporte. En cuanto a nuestra parte (Iglesia Católica) debemos de hacer el esfuerzo de atraerlos a las cosas de Dios”, señaló.

El Arzobispo de Yucatán comentó que la juventud es una etapa difícil en la vida, sobretodo con este mundo moderno que ofrece información de todo tipo que puede volverse difícil de tolerar, por lo que vienen los problemas, señaló. 

“Suicidios siempre han ocurrido, pero si ahora se multiplican, es efecto de nuestra forma de vida moderna. Para un joven puede ser una tragedia el no llevarse bien con sus papás, el haber perdido la relación con la novia o novio, pero sea como sea si, uno está cerca de Dios encontrara sentido a vivir”, concluyó.