José Salazar/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Un estudio realizado por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México, reveló que ocho de cada diez yucatecos se administra algún tipo de medicamento sin consultar al médico, para tratar diferentes dolencias o síntomas.

Después de la disposición de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) de vender antibióticos únicamente con receta, que entró en vigor en agosto de 2010, se logró mitigar el uso excesivo de estos medicamentos, sin embargo existen otros que se venden sin prescripción médica, como los analgésicos y antiinflamatorios que también pueden causar problemas de salud.

“La continua automedicación puede causar gastritis, esto se debe a que la población usa los medicamentos sin las indicaciones adecuadas, como una dosificación errónea y un horario diferente a lo estipulado o bien dejan el medicamento cuando pasa el malestar, lo que provoca que poco tiempo después vuelvan a enfermar y comiencen a ingerir medicamento de nuevo”, explicó Alonso Sansores Río, coordinador delegacional de Atención y Prevención a la Salud del IMSS Yucatán.

El médico destacó que cada persona es diferente por lo que el consumo de medicamentos necesariamente tiene que ser indicado siempre, por un médico.  

“Quienes más acostumbran a automedicarse y automedicar a su familia son los adultos mayores. Los de 65 años consumen de 2 a 3 veces más medicamentos que el promedio de la población general y por lo mismo tienen mayor probabilidad de sufrir reacciones medicamentosas”, mencionó el especialista en Salud Pública del IMSS. 

Aumentará la cifra

De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, 95 de cada 100 mexicanos se automedican. La Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social (ENESS) de 2009, estimó que alrededor del 37 por ciento de las personas con derecho a IMSS optaron por esa opción y proyectaba que esta cifra incrementara seis puntos porcentuales durante los siguientes cinco años.

Especialistas señalan que algunos  pacientes que padecen enfermedades crónico degenerativas, con el tiempo y la experiencia “se sienten profesionales de la salud”, pero no cuentan con los conocimientos necesarios sobre la gran responsabilidad que representa el administrar un medicamento para mitigar alguna dolencia.