'Mientras haya zapatos habrá boleros'
Uno de los 45 boleros que trabajan en la Plaza Grande descarta que el oficio esté en extinción.
Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El bolero César Soberanis es un experto en hacer “chillar” el zapato, pero no lo recomienda, porque al rozar fuerte con un paño se tuesta, se quema el calzado, aunque hay clientes, afirma, que lo piden y “pues a darle”.
Soberanis labora de manera permanente en la Plaza Grande lustrando calzado a empleados de oficina, burócratas y empresarios.
Descarta que los boleros sean un gremio en peligro de extinción: “Mientras haya zapatos habrá boleros”. Sin embargo, reconoció que hay menos “colegas” y que un número menor de personas pide una boleada.
Sin falsa modestia, con el cepillo en la mano y las manos manchadas de betún negro, el color más empleado, expresó que le gusta el trabajo que realiza desde hace dos décadas, sobre todo ver que el cliente se va contento a trabajar o a encontrarse con la novia con zapatos limpios y brillantes.
“Me gusta que el cliente me diga: tu trabajo sí cuesta lo que cobras; por eso yo le echo ganas y le pido a Dios vida para que los zapatos salgan bien boleados”, comentó el trabajador, uno de los 45 que laboran en la plaza central a diferencia de hace 20 años, cuando eran más de 100.