Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Yucatán reporta una buena temporada de anidación de torturas de las especies carey y blanca. Hasta el momento suman 439 nidos, algunos ubicados incluso por geoposicionamiento que ya están bajo resguardo del personal de  la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Yucatán (Seduma).

El corte realizado hasta ayer en los tres campamentos tortugueros que tiene la dependencia estatal en los puertos de Sisal, Telchac y Dzilam de Bravo reportan 423 nidos de la especie carey y 16 de tortuga Blanca.

El jefe del departamento de Conservación de Ecosistemas de la Seduma, Luis Antonio Méndez González, explicó que en Sisal tienen en el corral 62 nidos de carey y vigilan 118 in situ, que están ubicados por geoposicionamiento. Ahí también se encuentra uno de tortuga blanca.

En Telchac Puerto tienen 90 nidos de carey y 12 de blanca bajo resguardo del campamento; en in situ hay tres  y 89, respectivamente; en Dzilam de Bravo tienen 64 nidos de carey sobre vigilancia, de los cuales 36 están en corral e 28 In Situ.

Existen campamentos, en Sisal, Telchac y Dzilam de Bravo

Méndez González comentó que según va la temporada es posible que el número que registren sea mayor que el del año pasado; el periodo comenzó en abril y  concluirá en agosto. Recordó que las tortugas marinas están protegidas porque se consideran especies en peligro de extinción. 

En el mundo existen ocho especies de tortugas marinas, de las cuales siete arriban a las costas de la República Mexicana; a la Península de Yucatán, tres y en el litoral del Estado de Yucatán sólo se han registro dos: carey (Eretmochelys imbricata) y blanca (Chelonia mydas).

No obstante, la observación y tareas de conservación han permitido avistar frente al litoral yucateco otras especies de tortugas marinas, por lo cual se considera que usan la plataforma continental para migrar entre los sitios de refugio, alimentación y reproducción. 

Asimismo, denunció que además de los peligros naturales y la basura marina que encuentran las tortugas cuando llegan a anidar, están la incursión ilegal de conductores de cuatrimotos, boggies o camionetas, que aprovechan las dunas de la playa para hacer piruetas.

Esfuerzo

• Cuando las tortugas nacen tienen una reserva de alimento de tres días, que consumen en su esfuerzo por llegar al mar y encontrar el pasto marino del cual se alimentarán.
• Yucatán maneja tres Campamentos Tortugueros ubicados en Sisal, Telchac Puerto y Dzilam de Bravo y que son autorizados como Unidad de Manejo y Conservación de Vida Silvestre.

Mantienen la guardia para proteger a quelonios marinos

Por otro lado, aunque la depredación de nidos de tortuga no es un problema grave en la entidad como en otros puertos del país, no por ello se baja la guardia”, dijeron los cuidadores de la reserva estatal de El Palmar Yucatán, donde se encuentra el corral de incubación de la tortuga marina.

Hace poco más de un mes, en sus recorridos por el litoral oriente, encontraron un nido que había sido saqueado y consideran lo ocurrido un hecho aislado porque no han detectado otro caso, ni ha ocurrido en otros años. Indicaron que no saben cuál fue la causa, si el aprovechamiento del producto o una medida de protección a la especie.

Víctor Puc Cauich, con 53 años, comentó que es satisfactorio el resultado de este trabajo que está por cumplir su quinta temporada consecutiva en protección de esta especie, porque aunque no siempre logran ver a las tortugas cuando llegan a anidar, al encontrar su rastro y determinar con base en la experiencia si deben dejarlos in situ, reubicarlos o llevarlos al campamento, saben que están ampliando las posibilidades de vida de los animales. 

Puc Cauich y Genaro Cob Matos son los encargados de patrullar cada noche la franja costera de Sisal; uno va con dirección a Carbonera y otro hacia el Faro, el recorrido en busca de las huellas y nidos de las tortugas sirve también para vigilar esa parte de la reserva en la zona de playa.

Comentaron que pese a que algunas personas están en contra de que las tortugas sean reubicadas al corral, porque  se dice que esto afecta su regreso, ya que ellas vuelven a desovar en el lugar donde nacieron, y que reduce su porcentaje de eclosión, consideran que su labor es importante porque el mínimo de las crías que nace bajo su supervisión es del 90 por ciento.