Juan Pablo II continúa bendiciendo a Yucatán

Una creyente yucateca asegura que fue curada de un tumor por intercesión de Karol Wojtyla, contribuye a la causa al que será nuevo santo.

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Sara Fuentes oró a Juan Pablo II y por gracia de Dios fue curada de una grave enfermedad. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Hoy comienzan las celebraciones en el mundo por la canonización de los Papas Juan XXIII y Juan Pablo II, este último que en su visita a Yucatán dejó huella, bendiciones y, luego como beato, concedió favores a los feligreses, como Sara Guadalupe Fuentes García, quien envió al Vaticano su caso para ser considerado en el proceso de santificación por haberse curado de un tumor que obstruía el 80 por ciento de su garganta. 

La ceremonia para que ambos beatos sean elevados a los altares será presidida por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y transmitido en tiempo real por canales católicos y vía internet, para quienes deseen conocer detalles del rito. 

En las iglesias se realizarán actividades simultáneas a manera de vigilia que se prolongarán hasta pasada la media noche. 

En entrevista con MILENIO NOVEDADES, Sara Guadalupe dijo estar agradecida con su milagrosa recuperación y del amor de sus tres hijos, amigos y familiares que han constatado la forma en que Dios se manifestó mediante la intercesión de Juan Pablo II, cuando sus reliquias estuvieron en Mérida en el 2011. 

Se espera que asistan más de 20 mil feligreses de todas las parroquias de la Arquidiócesis

En el marco de aquella visita, Sara vivió lo que consideró un milagro; en una semana sanó de un pólipo o tumor que obstruía el 80 por ciento de su garganta, que de acuerdo a los estudios requería de una cirugía urgente. 

Su intervención quirúrgica se pospuso por cuestiones operativas en el hospital del Seguro Social, pero ante esta situación y la desesperación, la familia  tomó la decisión de que la cirugía sería en clínica particular. 

Para este fin fueron a visitar a otro especialista, quien vio el expediente y dijo que en efecto requería de la cirugía, pero necesitaba hacer una endoscopía para verificar si debía ser entubada por la boca o la garganta (traqueostomía). En ese proceso el médico sorprendido les dio la mejor noticia de su vida.

El doctor dijo que como persona estaba frente a algo inexplicable y que la mano de Dios estaba presente, pero no encontraba una causa precisa que respondiera a la pregunta de cómo en una semana desapareció un pólipo de su garganta, sin cirugía ni tratamiento especial.

Ahora Sara fortalecida en espíritu por aquella bendición asistirá con su familia a las actividades de celebración de la canonización para dar gracias, tanto por su salud y por los favores concedidos también por la Vírgen María Reina de la Paz y Divino Niño Jesús, en quienes puso la vida de su hijo menor, obteniendo resultados sorprendentes. 

Asistirá a los servicios religiosos en la capilla de Juan Pablo II ubicada en el Fraccionamiento las Américas. 

Una profunda conexión con los yucatecos

En agosto de 1993, cuando Juan Pablo II llegó a Yucatán para visitar Izamal y Mérida, la conexión de los yucatecos con el Pontífice se hizo profunda y especial; 21 años después, en la víspera de su canonización, muchos devotos del Papa número 264 de la Iglesia Católica no quisieron perderse este acontecimiento mundial y viajaron al Vaticano desde hace una semana.

Tal es el caso de las señoras Elizabeth Arceo Echeverría y Corazón Aranda Cruz, quienes el pasado 20 de este mes salieron de Mérida rumbo a Roma para atestiguar las canonizaciones de Juan Pablo II y Juan XXIII “El Papa Bueno”. En entrevista con MILENIO NOVEDADES, recordaron su experiencia durante la visita del Papa a Yucatán.

Doña Cori, como le dicen de cariño, quien además fue custodio del Papa, comentó que ese día había mucha gente reunida y una carita de ángel con ojos color cielo adentro del Papamóvil, que sólo con verlo le chorrearon las lágrimas. 

Las yucatecas que se encuentran en El Vaticano vestirán de terno en la misa de canonización

Además, afirmó que Juan Pablo II, al ver a tanta gente, pidió pasar por una zona donde no estaba programado que pasara, pero su deseo era complacer a quienes habían ido a verlo.

Por su parte doña Bety comentó que ese día fue maravilloso, algo así como un sueño, porque vio al Papa muy de cerca, pues era parte del coro de 115 personas que cantó durante la misa que ofició su Santidad en los terrenos de la actual colonia Juan Pablo II.

“Sentí una emoción muy fuerte y ganas de llorar, pero de alegría”, añadió.

Sobre qué significó para ellas haber vivido la experiencia de ver en vida a un santo y sobre todo el hecho de tener la oportunidad de viajar al Vaticano para ser testigos de la historia, la señora Corazón expresó que es lo más hermoso que le ha tocado vivir y “si Dios ya me quiere llevarme voy tranquila y el viaje me servirá para dar gracias a Juan Pablo II porque lo que le he pedido para mi familia me lo ha ido concediendo poco a poco”.

Asimismo, doña Bety dijo que este viaje es algo que nunca creyó posible realizar y su objetivo principal es estar en el Vaticano y ser testigo de la canonización.

Sobre cómo decidieron ir al Vaticano, explicaron que en septiembre pasado fueron invitadas al tour, organizado por la delegación de maestros jubilados de la sección 33, pero por su gran fe consideran que fue una invitación que llegó directamente de Dios.

(Con información de Cecilia Ricárdez y Claudia Ortiz)

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