Ana Hernández/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La cebra “Pancha” se alocó y mató a una hembra de ñu que recién había parido. 

Hoy la cría crece custodiada en los separos especiales de Animaya, perdió a una madre, pero ahora recibe la atención de cinco personas que se encargan de atender su alimentación y vigilar constantemente su salud. 

La pequeña cría que tiene poco más de 15 días de nacida, poco pudo estar con su madre a diferencia de “un primo” que es una semana más grande, el cual está con sus 'papás' en un área especial en la pradera respectiva. 

Él, para su protección, ha sido aislado.

En la zona donde se encuentra él, su mayor contacto ha sido con humanos: varias especialistas del Animaya que lo atienden, revisan, alimentan y acarician, pendientes en cada momento de su estado anímico y de su salud, pero el pequeño no tiene con quién jugar o acomodarse para descansar y dormir.

El Jefe del Parque Bicentenario Animaya, Iber Rodríguez Castillo, indicó que “la Pancha” había sido trasladada con ellos procedente del parque “El Centenario”, donde mostró los primeros problemas de comportamiento que hicieron que la pusieran en resguardo, luego de un tiempo estaba normal, pero de nuevo se alborotaba, así que fue enviada con ellos, y durante un tiempo no hubo mayor problema.

Sin embargo, luego de mostrar una actitud de camorra parecía irse adaptando; cuando nació el primer ñú, hace unas semanas, la cebra se comportó normal, no hubo mayor problema, así que cuando la otra hembra dio a luz, los encargados del zoológico no esperaban problemas.

El funcionario municipal dijo que se desconoce qué fue lo que pasó o la causa pero de pronto “La Pancha” se alteró y la emprendió contra la hembra de ñu, a la cual mató, por lo cual la cría fue apartada para encargarse de su alimentación y cuidado. 

Aunque está sola en la jaula y sólo ve y escucha a sus vecinos de área: venados, monos, guacamayas, tucanes y demás, la pequeña cría, evidencia la curiosidad natural de los pequeños que comienzan a crecer, y, ante la presencia de extraños cerca de su jaula, se acerca con cautela, observa poco a poco y llega hasta la reja atendiendo algunos llamados y permitiendo ligeras caricias, y luego se retira trotando un poco sobre sus aún débiles patas.

Como se recordará, un papión falleció por desnutrición hace poco en el Animaya, a donde había sido trasladado tras su rescate de un circo donde lo mantenían en malas condiciones.