Milenio Novedades/Mérida
MÉRIDA, Yuc.- “El Poder de la Pluma”, proyecto editorial de MILENIO NOVEDADES, cumplió ayer tres años y para celebrar la efeméride, colaboradores y personal directivo del periódico y de Grupo SIPSE se reunieron en la residencia de los esposos Rodrigo Seguí Cisneros y Pilar R. Valenzuela Centeno de Seguí, en un desayuno en el que campearon la cordialidad, el buen humor y la gentileza de las anfitrionas: la dueña de la casa y su madre, maestra Josefina Centeno García de R. Valenzuela.

Cerca de 20 editorialistas –algunos de ellos presentes desde el inicio del proyecto, otros que con el paso del tiempo fueron sumándose para enriquecer las páginas de opinión y unos más que por la intensidad de sus ocupaciones no pudieron seguir, pero se mantienen fieles a la idea y alguna que regresa por sus fueros– disfrutaron de buen café y rico pan dulce tradicional yucateco y, sobre todo, de una plática amena cuyo contenido fue de la política –hoy tema obligado por los tiempos que corren–, a la ecología, los problemas del tránsito citadino y, tema infaltable, el calor que agobia a Mérida.

Se extrañó la ausencia de quienes, por motivos laborales, no pudieron estar presentes en el desayuno de aniversario, pero que también aportan su ciencia, su inteligencia y su cultura al enriquecimiento de las páginas de opinión locales.

La bienvenida estuvo a cargo de uno de los coordinadores de “El Poder de la Pluma”, Martiniano Alcocer Álvarez, y de la maestra Josefina. El periodista Alcocer Álvarez agradeció a quienes aportan sus ideas e ideales y, desde las páginas de MILENIO NOVEDADES, ponen su “granito de arena” en la tarea de construir una sociedad mejor, más plural y democrática.

Encabezaron al ágape Álvaro Ruiz Méndez, director regional de periódicos de Grupo SIPSE; José Luis Rañón Rauda, director de Producción; David Salas Irigoyen, director de Administración, y Manuel Escalante Alcázar, director editorial.

Agradecimiento especial al panadero (como gusta que le digan) Rafael Vázquez Ávila, propietario de las panaderías “El Retorno”, y a los propietarios del café “El Cafezito”, en Santiago, quienes hicieron más grata la convivencia con las delicias del auténtico pan yucateco y un tiramisú creación de don Rafael, y humeantes, ricas tazas del aromático grano orgánico cultivado en Chiapas y tostado con amor y esmero.