Agradece al Señor el don de la vocación sacerdotal

El padre Ricardo Tiscareño refrenda su compromiso de trabajar con niños en la Escuela Hogar de la Congregación de los Sagrados Corazones.

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Mons. Berlie Belaunzarán, acompañado de otros presbíteros, se unieron al sencillo agradecimiento del padre Ricardo Tiscareño Durán (segundo de izq a der) por sus 20 aniversario de orden sacerdotal. (Milenio Novedades)
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Claudia Ortiz/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Al celebrar dos décadas de ministerio sacerdotal, el Pbro. Ricardo Tiscareño Durán, de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María, agradeció a Dios el don de la vocación y la oportunidad de servir a la Iglesia, principalmente a los más necesitados.

“Decir 20 años es fácil, pero dedicarlos en cuerpo y alma a la vida sacerdotal, a trabajar por el prójimo y sobre todo por los niños de la Escuela Hogar Mérida, significó la realización de mi vocación y grandes satisfacciones”, aseguró el presbítero.

El pasado martes celebró con una misa por el vigésimo aniversario de su ordenación sacerdotal, la cual fue presidida por el Arzobispo de Yucatán Monseñor Emilio Carlos Berlie Belaunzarán.

El padre Ricardo expresó que estos 20 años fueron de servicio a Dios, al cumplir con el trabajo para el que el Señor lo llamó, que es esforzarse diariamente por los niños de la Escuela Hogar.

El religioso, quien nació en la capital del país, pero con raíces tapatías, recordó que al inicio de su vida sacerdotal primero estuvo un año como vicario en una iglesia de Puebla y “en Mérida llevo 19 años y aquí estudié en el Seminario Conciliar tres años de Teología y el último año me fui a la Ciudad de México, donde me ordené como sacerdote”.

Sobre la satisfacción más grande que tuvo en dos décadas, habló de tener viva a su mamá, quien el miércoles lo acompañó en esta celebración y le dio un regalo muy especial: una sotana que ella misma confeccionó y que le entregó al pie del altar, la cual lució durante la misa.

La misa para celebrar este acontecimiento tan especial para el padre Ricardo fue una auténtica fiesta mexicana, en la que no faltó el mariachi, que le puso a la tarde un toque especial.

Mons. Berlie Belaunzarán destacó la ocasión como una acción de gracias porque “20 años de ordenación sacerdotal del padre Ricardo es un homenaje a Jesucristo Nuestro Señor, Sumo y Eterno Sacerdote.

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