¿Y ya sabes, estimado lector, de qué se trata el puente que este fin de semana muchos afortunados mexicanos tienen? O ¿eres parte de los que ignoran lo que celebramos porque para ti lo que importa es que no irás a la escuela o al trabajo? Quizá eres de los yucatecos que hicieron planes para irse a Xmatkuil o a Progreso sin siquiera preguntarse qué se celebra o probablemente eres de aquellos que están dudando si los desfiles son por el Día de la Bandera, de la Constitución o la Independencia. Te invito a tomar dos minutos de reflexión con estas letras y pensar qué clase de mexicano eres, pues puede ser que en la reflexión notes que eres de los pocos que conocen que conmemoramos la Revolución, que recordamos a los héroes nacionales y en especial que se reciben las memorias de que los mexicanos somos capaces de levantarnos en búsqueda de un mejor gobierno y que desde hace un siglo podemos decidir por nuestros derechos y obligaciones.

Si pudiste reflexionar adecuadamente, habrás notado que nos encontramos ahora en un subyugo que huele discretamente peor que el porfiriato, por ahí de 1910, pues al menos con él teníamos avances tecnológicos y no gigantescos retrocesos como lo es la corrupción, de la cual todos somos culpables, la envidia injustificable, la esclavitud por los vicios y el luto por la pérdida de nuestro patriotismo. Pero, como la magia está formada de hechos positivos, tomemos entonces estas reflexiones y errores que como mexicanos cometemos y empecemos a formar el país que deseamos. Recuerda que de gotita en gotita se forma un mar y que cada mexicano es una gota, que, si es transparente, positiva y dispuesta a buscar el bien, tendremos un México nuevamente revolucionado.