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Cuántas veces no hemos escuchado que a más de alguna persona le han recriminado con la frase: “Se durmió en sus laureles”, pero ¿de dónde viene esta frase? El origen se remonta a cuando a los poetas, emperadores y generales victoriosos se les coronaba con guirnaldas de laurel.

Pero si luego de este reconocimiento la persona se dejaba de esforzar para superarse y no seguía trabajando para mejorar, se solía decir que “dormía en sus laureles”, semejante a otra coloquial que reza: “Le comieron el mandado”. Cuántos políticos, profesionistas o emprendedores desafían la gravedad

creyendo que alcanzar la cima basta. ¡Por favor, sin nombres!
Más allá de referirnos a tan ancestral frase, quisiera platicarles que inclusive dentro del calendario de eventos anuales de salud existe un Día Mundial del Sueño.

Sí, hago alusión a esta necesidad fisiológica, indispensable para que el cuerpo obtenga, a través de sustancias que libera en la noche, la restitución de tejidos sujetos a esfuerzos y lesiones. Sin embargo, en el mundo moderno cada vez cuesta más conciliar el sueño.

Estos trastornos no distinguen edad, siendo, de hecho, los jóvenes los más afectados.
Ningún especialista define exactamente cuántas horas se deben dormir. “La adecuada cantidad es aquella que nos permita tener un óptimo funcionamiento durante el día”.

La falta de sueño afecta nuestro desempeño y nuestra emocionalidad, pero especialmente conlleva una serie de consecuencias físicas, como inflamación subclínica, aterotrombosis, hipertensión arterial, obesidad y diabetes tipo II.

Esta falta de sueño se ve relacionada también con los trastornos de ansiedad generalizada; tan es así, que el consumo de ansiolíticos crece cada día y como consecuencia su dependencia física y/o psíquica.

¿Qué nos impide dormir bien? Los malos hábitos son los principales, además de estrés, tabaco, alcohol, bebidas energéticas, comidas con alto contenido calórico y pobres en fibra, falta de ejercicio, equipos electrónicos cual estimulantes por su luz artificial y trastornos respiratorios como la apnea (roncar-dejar de respirar).

Un día del mes de marzo, cada año se habla con especial interés sobre los trastornos del sueño derivados de los cambios en los estilos de vida que lo convierten en serio problema de salud pública.

Si desde el punto de vista médico hablamos, haz ejercicio, no consumas alcohol, nicotina ni uses equipos electrónicos cuando menos 2 ó 3 horas antes de acostarte y evita hasta donde sea posible tomar medicamentos para dormir. ¡Dulces sueños!

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