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Dicen que en el primer debate presidencial, el domingo anterior, sí hubo ganadores. Sí, claro, todos los aspirantes se autopalomearon como los meros “very good” y, claro, triunfaron en dicho show porque, la neta, sólo fue un espectáculo donde cuatro le hicieron “moloch” al ya saben quién. ¿Y saben qué? Nada sucedió.

El dizque puntero, “Don Pejelovich”, se mostró extremadamente cauto, hablando más lento que de costumbre y respondiendo más o menos si es que se le pegaba la gana. Lo provocaron y él no cayó en la trampa, aunque se haya mordido uno y amarrado el otro. Pero de que él sea el vencedor, ni en cuenta.

De Ricardo Anaya, el chamaquito que habla hasta la extinta lengua aramea –la que Cristo utilizaba para parlar con sus semejantes- sólo se puede decir que es buen orador, con facilidad de palabra y manejador de las estadísticas. Pero de que él haya ganado el debate, existen muchos años luz; los mismos que lleva el arameo desaparecido.

Pepe Toño Meade, el elegido para defender la causa del Revolucionario Institucional y la continuidad del régimen actual, simplemente estuvo en su papel. Sin levantar el menor ápice de emoción. Dos que tres ataques hacia AMLO y sin mucha profundidad, quizá porque él tiene cola que le pisen aunque diga todo lo contrario. Por supuesto que sus huestes lo proclamaron ya el “rey del pancracio electoral”. Su panorama luce más frío que las nachas de una foca.

¿Qué se puede decir de Margarita Zavala? Nada o poco. Acartonada, nerviosa, fue con el ánimo de plantear propuestas y no convenció, ni a su marido, el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, lo más seguro que, en el momento del debate, entretenido con otra “Margarita”, pero de esas que suelen prepararse escarchadas de sal, hielito y una jocosa bebida para brindar con “singular alegría”.

Pero, al final de cuentas, sí hubo un ganón. Al menos en vídeos chuscos y toda clase de “memes”. Y se trató de Jaime Rodríguez Calderón, más conocido como “El Bronco”. El gobernador con licencia de Nuevo León que entró de último a la contienda electoral, a pesar de falsificar miles de firmas electrónicas, de las cuales otro buen tanto era de personas que duermen el sueño eterno.

Claro que sí. “El Bronco” sólo acudió a decir una serie de boberías y lo único que consiguió fue tener más simpatía en las redes sociales.

PRIMERA CAIDA.- En caso de ganar la Presidencia, tendrá que castigar a boquiflojos como él, cortándoles la lengua. Así, literal.

SEGUNDA CAIDA.- Con tres matrimonios encima y varios hijos de por medio, una de sus propuestas sería “mochar salva sea la parte”. Programa de control natal, pues.

TERCERA CAIDA.- Y ya entrados en mochaduras, pues que se corte la cabeza. Por supuesto, la extrema superior.

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