La carrera de Peña

La más reciente participación del Presidente en una carrera atlética es una metáfora de su sexenio.

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Al inicio de esta semana Enrique Peña Nieto dio la nota al participar en la carrera del Molino del Rey que desde hace siete años organiza el Estado Mayor Presidencial en las inmediaciones de la Residencia Oficial de Los Pinos y del Bosque de Chapultepec, más para lucimiento de su jefe que por conmemorar la efeméride de esa batalla que pocos conocen.

El aún joven mandatario -ayer cumplió 51 años- corrió los 10 kilómetros vistiendo short rojo y la playera con la frase “Mover a México” en la espalda, acompañado por su séquito de guaruras al mando del jefe del EMP, general Roberto Miranda, que le aguantó el paso. La carrera es una metáfora o conjunto de metáforas y analogías de lo que ha sido su administración.

El disparo de salida lo fue también para los aspirantes a suceder a Peña Nieto en Los Pinos, pero en esta ocasión no hay mucha tela de dónde cortar y entre los funcionarios que le acompañaron no se perciben presidenciables, sólo el recién destapado Federico de la Madrid, porque Miguel Angel Osorio Chong (por razones obvias) estuvo ausente.

A pesar de ser de corta distancia, la justa no es de velocidad sino de resistencia, y en esto hay que reconocerle a Peña su habilidad para sortear desde los escándalos del inicio de su administración, como la polémica Casa Blanca, hasta aprender a lidiar con Donald Trump, en una ríspida relación que se ha vuelto la de México y Estados Unidos.

El sprint final del que habló al finalizar la carrera sería su deseo de que ya termine pronto el sexenio, sabedor de los bajos niveles de aceptación con que llega a la meta y que no podrá revertir en poco más de un año, pues dicen los politólogos que el ocaso de los presidentes se inicia en el quinto año de gobierno, aunque Peña Nieto dijo que confía en cerrar bien su sexenio, fuerte, a paso acelerado y a marchas forzadas.

Y si bien el presidente mejoró su tiempo en casi un minuto, el camino recorrido en la carrera parece haber sido cuesta arriba, como lo ha sido su gobierno, que en los últimos tramos llega con un balance negativo en temas torales como la inseguridad, la corrupción y la economía.

Sí, Enrique Peña Nieto nos demostró que goza de buena salud, pero ¿y qué decimos de México?

Anexo “1”

Estar en forma

El ahora ex presidente Felipe Calderón también practicaba varios deportes como el futbol, la carrera o el buceo. A veces, el panista cambiaba el traje y la corbata por el short y las espinilleras para participar en la “cascarita” en Los Pinos. Pero eso también tiene sus riesgos, porque en 2011, en Cozumel, sufrió una caída al recorrer la isla en bicicleta.

En la Marina conocimos comandantes que gustaban del deporte, algunos muy exigentes en la condición física del personal y que literalmente “acosaban” a los gorditos para que se pusieran en forma. Entre ellos recordamos a los ahora almirantes retirados Enrique Ramos Martínez, fanático de los clavados, que en el barco impuso la natación en la rutina diaria; Jorge Mora Pérez, que participaba en las “retas” de basquetbol en Cencap; Víctor Sergio Martínez Plata, que siendo comandante del cuerpo de alumnos ahí mismo, todos los días corría y exigía buena condición a los alumnos; Casimiro Martínez Pretelín que siempre se mantenía en forma, a pesar de su andar desgarbado. A ellos muchos debemos el que nos mantuviéramos en los parámetros del peso-talla para la hora de los ascensos y para tener buena salud.

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