Mujeres en la milicia

En México, las mujeres militares han ido ganando terreno, pues han alcanzado profesiones como enfermeras con especialidades, cirujanos y pilotos aviadores...

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El pasado 20 de enero falleció a los 96 años de edad Naomi Parker Fraley, la mujer que inspiró el póster “Rosie the Riveter” (Rosie, la obrera), icono del feminismo en Estados Unidos. Tenía 20 años cuando ella y su hermana Ada formaron parte de las unidades femeninas que durante la II Guerra Mundial trabajaron para las fuerzas armadas en una fábrica de la Marina en California. Siete décadas después, en 2015, EU ordenó a sus fuerzas armadas admitir mujeres en puestos de combate y rechazó la petición de los Marines de excluirlas de algunos sitios en la primera línea de fuego.

El entonces secretario de Defensa, Ash Carter, dijo: “Somos una fuerza conjunta, y si bien la medida presenta algunos retos, no podemos darnos el lujo de excluir a la mitad de la población de los puestos militares más arduos”. Ese cambio histórico permitió a las mujeres enroladas acceder al 10% de los puestos de los que estaban excluidas, incluso en unidades especiales como las Delta del Ejército y las SEAL de la Armada.

Guardadas las proporciones, en México también las mujeres militares han ido ganando terreno, pues ya no sólo se desempeñan como secretarias y cocineras, sino que han alcanzado profesiones como enfermeras con especialidades, cirujanos y pilotos aviadores, incluso hay paracaidistas y de trabajos submarinos.

La semana pasada, en la Secretaría de Gobernación, durante la inauguración de la Expo-Galería “Cronología de la Inclusión de las Mujeres en las Fuerzas Armadas”, el subsecretario de Derechos Humanos de Segob, Rafael Avante Juárez, dijo que “en la historia, las mujeres han demostrado ser las mejores guerreras y los seres más disciplinados”, pero no sólo en la milicia, su presencia es muy significativa también en el servicio a la comunidad, en la cultura de la paz y en el apoyo decidido en momentos difíciles. La exhibición (que esperamos sea itinerante) es un testimonio de la evolución sistemática, ordenada y progresiva del país a partir de la presencia de la mujer en las fuerzas armadas (como ha ido en paralelo en lo civil), lo cual se debe conocer y replicar para avanzar en la eliminación de prejuicios y estereotipos.

Así, la Armada y el Ejército fortalecen sus mecanismos para generar igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, bajo una cultura incluyente. Este panorama confirma que las mujeres tienen un futuro promisorio en un medio predominantemente masculino, donde han roto esquemas y superado obstáculos. Ahora el reto no es para ellas, sino para los varones, acostumbrados a recibir órdenes de sus iguales, porque si ellas han demostrado capacidad en otros ámbitos, en las fuerzas armadas no deben ser la excepción.

¡Enhorabuena!

Anexo “1”

 El poster icónico

En la fábrica de la Marina en California, un fotógrafo de la agencia Acme retrató a Naomi Parker Fraley, en una imagen que apareció publicada en varios periódicos estadounidenses en 1942. A partir de esa foto, el ilustrador J. Howard Miller's realizó su famoso cartel para la creación de la célebre cartel We Can Do It! (Podemos hacerlo).

Según The New York Times, sólo hace un par de años se confirmó que Naomi era la verdadera protagonista del dibujo. Otras mujeres se habían atribuido antes la identidad de la famosa obrera, pero seis años de investigación del académico James J. Kimble sirvieron para descubrir a Naomi.

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