"Venta de uniformes"

La venta de uniformes, insignias y equipos militares sin control no es nueva. Se practica en casi todas las ciudades.

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La venta de uniformes, insignias y equipos militares sin control no es nueva. Se practica en casi todas las ciudades. Cualquiera, sí, cualquiera puede adquirir desde una gorra, una placa y hasta un uniforme completo (apócrifo, por supuesto) de la Marina o del Ejército. Y es que, a pesar de su prohibición legal, no hay regulación en la fabricación y venta por parte de civiles, que suplen una carencia en ciudades con mayor presencia de fuerzas armadas que demandan todo tipo de artículos navales y militares, ya que muchas insignias no se las ministran, y a veces hay que reponerlas por pérdida o deterioro.

Las tiendas especializadas en la venta de artículos militares ignoran que el artículo 250 bis del Código Penal Federal castiga la falsificación de uniformes y divisas de las fuerzas armadas o de cualquier institución de seguridad pública con pena de 5 a 12 años de prisión y multa; tampoco exigen identificación a quienes adquieren esos artículos, a pesar de que el Código tipifica como usurpación de funciones el uso indebido de condecoraciones, uniformes, grados jerárquicos, divisas, insignias y siglas.

Así, la venta de todo este equipo, hasta en redes sociales y tianguis (como publicó Milenio Novedades el martes pasado), no es asunto menor, porque la delincuencia organizada utiliza uniformes originales o apócrifos de las fuerzas de seguridad y hasta de la Sedena y Semar para operar con impunidad. En algunas entidades se les ha detenido hasta con vehículos clonados.

Pero hay un hecho que también soslayan las autoridades: el uso indebido de uniformes. En retenes carreteros o en la ciudad se puede ver a policías estatales y/o municipales uniformados como soldados, a veces visten el verde olivo, el de campaña (camuflaje) o el pixeleado, incluido casco y armas larga y corta. Hasta donde sabemos, sólo personal de las fuerzas armadas está autorizado a portar los uniformes reglamentarios.

En diciembre de 2015, en la 39a Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, se acordó que las policías municipales y estatales y las empresas de seguridad privada no utilicen vehículos y uniformes con colores, imágenes o diseños similares a los del Ejército o la Armada, para evitar que sean confundidos con soldados y marinos.

“La investidura de nuestras fuerzas armadas es símbolo de orgullo, reconocimiento y confianza entre los mexicanos. Por ello, el objetivo de este acuerdo es distinguir a los integrantes de las fuerzas armadas”, dijo en esa ocasión el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Pero el acuerdo no se cumple.

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