La masificación del consumo indiscriminado de drogas ilegales fue a finales del siglo XX, esta tendencia se volvió cada vez más fuerte en las sociedades desarrolladas, luego se extiende en las subdesarrolladas. Este consumo se acrecienta hasta lograr un gran mercado que no reconoce fronteras.

Pero antes de que este fenómeno sucediera, en algunas sociedades se utilizó el consumo tradicional. Este último lo podemos entender como el consumo de determinadas sustancias psicoactivas que no se ha escindido de sus raíces culturales y su producción y circulación se encuentran drásticamente limitadas (1).

El consumo tradicional se distingue del actual “sistema mundial de la droga”, en tanto que forma parte de una serie de prácticas mágico-religiosas tradicionales de algunas comunidades étnico-culturales de países de América Latina y otras regiones del mundo (2).

En los países andinos, la hoja de coca es un producto milenario que ha cumplido y sigue cumpliendo una serie de funciones biológicas, médicas, religiosas y rituales que forman parte de las identidades de sectores importantes de la población.

Sobre los alucinógenos, Escohotado dice que se conocen decenas de plantas visionarias. Ya en asentamientos preagrícolas del séptimo milenio anterior a nuestra era se han encontrado semillas de drogas. A partir del siglo X aC hay hongos entre los monumentos de la cultura de Izapa, en Guatemala. Se remonta también a deidades de la cultura Chavin, en Perú. La mezcalina que se obtiene de un cactus originario del territorio mexicano y se extiende hacia el sur de los EU es conocida como peyote y su consumo se registra desde la época precolombina con fines mágicos religiosos. Durante la conquista y la colonización española en el norte del territorio de la Nueva España se intentó erradicar su consumo.

La Inquisición publica por primera vez el consumo de esta y otra sustancia psíquica como parte de la conquista espiritual de los indios. El peyote se sigue utilizando en algunos pueblos indígenas como el huichol. Otro alucinógeno consumido tradicionalmente en América Latina es la psilocibina del sur de México y América Central que contiene alcaloides semejantes al LSD y la mezcalina.

1) Piano Arlacchi, “El sistema mundial de la droga”, en Francisco Gomezjarrra et al, “El imperio de la droga”, México, Fontamarca, 1992, p 65.

2) Fernando Benítez, “En la tierra mágica del peyote”, México, Era, 1976, Antonio Escohotado, compendio de la historia de las drogas, Madrid, Anagrama, 1995, pp 67-76.