Bitácoras de viaje... por Alejandro Gómez

Esta vez mis bitácoras de viaje me llevaron al parque Xkekén, palabra que en maya significa cerdo. Y como sigo recorriendo y enamorándome de lo que nuestro Estado y otras regiones nos ofrecen en materia turística, les platico que el lugar debe su nombre a una leyenda muy antigua que afirma que los mayas perseguían a una “cochina” por varios puntos de la verde selva maya. Sin embargo, el animal cayó a un enorme cenote, de ahí el nombre, porque la cochina falleció ahogada y previno a sus perseguidores para no caer al hueco.

Actualmente al llegar, el turista es recibido por guacamayas que posan para la foto, y si tiene suerte las imágenes le saldrán a buen precio. Una vez dentro tendrá varias opciones de lo que puede hacer, como comer exquisita comida yucateca en un restaurante buffet, donde la cochinita pibil se lleva el puntaje más alto de la oferta alimenticia, pues es enterrada y el paladar sí que está entrenado para reconocer la diferencia.

Además el visitante podrá dar un paseo a caballo, un tour extremo en cuatrimoto o bicicleta, así como visitar los dos cenotes del lugar, el Xkekén y el Dzinup.

Es fácil notar cómo la modernización ha transformado al lugar en un espacio para la recreación, pero sobre todo el contacto entre el hombre y la naturaleza. Si hablamos de los precios, son bastante accesibles, ya que hay que recordar que desde hace algunos ayeres es atendido por una cooperativa local en conjunto con el patronato Cultur. Si decide visitarlo, está ubicado entre Chichén Itzá y Valladolid por la carretera libre; no olvide llevar unos buenos tenis, ropa muy cómoda y un traje de baño, pues seguramente no desdeñará echarse un chapuzón en sus aguas turquesa.

Seguiré recorriendo más y nuevos destinos y esperar que mis Bitácoras de viaje te ayuden a sacar al aventurero que llevas dentro, estimado lector.