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El pasado día 18 de marzo concluyó la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey), evento que logró romper su récord de visitantes. Este es uno de los sucesos que engrandecen a nuestro Estado, pues demuestran que la buena, proactiva y constructiva lectura está más que viva en nuestra entidad; este punto no es cosa menor, considerando que una de las principales fuentes de transmisión de conocimiento se encuentra fincada precisamente en los libros.

Aprovecho este espacio para reconocer y felicitar a la Universidad Autónoma de Yucatán, autoridades y participantes en la consecución de tan prestigiado evento literario. Mención aparte merece Grupo SIPSE y toda su fuerza de trabajo, que de manera incesante realizó transmisiones y cubrió con su natural profesionalismo las notas relacionadas con el evento; todas ellas desde un bellísimo e innovador stand.

La literatura debe ser vista como una opción de inversión atractiva para quien tenga los recursos financieros y quiera invertir en ella, de no ser así, ninguna casa editorial existiría. La impresión y venta de libros debe percibirse como todo un proyecto de inversión, que, como tal, debe estar cimentado en un buen estudio de mercado, un estudio de las capacidades técnicas y humanas, un estudio económico y financiero que determine el nivel de inversión, financiamiento y si dicha actividad es económicamente rentable, y para finalizar un estudio de sustentabilidad.
En esta actividad empresarial se generan recursos financieros para autor, casa editorial, empleados, puntos de venta, etc. Sin contar el incremento del acervo cultural de la sociedad.

En la Filey, pude percatarme de que existió un flujo importante de efectivo, ya sea mediante dinero físico o vía tarjeta bancaria, mucha gente se benefició adquiriendo muy buenas obras a precios muy amigables y por ende creando beneficios para las casas editoriales y autores; generando con esto una total relación que los financieros llamamos GANAR-GANAR, condición esencial en las transacciones económicas.

Pude apreciar que se adquirieron muchas obras de corte financiero y de negocios, lo cual es positivo para la sociedad, pues una población interesada y capacitada en esos temas proveerá de buenas decisiones financieras a familias, empresas y país. Los libros son máquinas del tiempo, pues tienen el poder de retrocedernos y adelantarnos en el mismo. Aplaudo la creación de eventos que promuevan e incentiven el único eslabonamiento verdaderamente productivo para las finanzas de nuestro Estado: familia-universidad-empresa-gobierno.

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