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Rodrigo Us May/SIPSE

Una de las enfermedades más comunes, crónicas, imperceptibles y que son causa de la extinción de empresas es el sobreendeudamiento, el cual consiste en el exceso de deudas contraídas, que generan insuficiencia en las utilidades para cumplir con los compromisos financieros de la firma.

¿Alguna vez ha notado que existen empresas que son exitosas y que repentinamente cierran? Para muchos, este fenómeno es inexplicable, pero la respuesta se encuentra en el endeudamiento excesivo. El sobreendeudamiento se presenta casi siempre de forma gradual e imperceptible, oculto en las épocas de bonanza, desorden empresarial, miopía gerencial y falta de un asesor financiero en la firma. Por lo general, las empresas que requieren de financiamiento ya cuentan con uno o varios créditos vigentes o en liquidación, los cuales generan pagos mínimos que laceran las finanzas del negocio, no tanto por su importe, sino por el número de ellos.

Uno de los problemas centrales del sobreendeudamiento es el pago de intereses, los cuales tienen un comportamiento creciente ante la morosidad, son fijos y están regidos por contratos con implicaciones legales.

La obtención de dinero mediante instrumentos de deuda es un arma de doble filo; por un lado, proporciona a las empresas la posibilidad de permanecer en el mercado, crecer y ser competitivas; por otro, representa un gran riesgo, pues con facilidad se puede salir de control.
El endeudamiento es una herramienta financiera que no debe ser descartada por el empresario, de hecho, bien planificado trae ventajas para la organización: genera un buen historial crediticio, es impulsor del crecimiento y expansión de la empresa, proporciona liquidez en tiempos de incertidumbre y ofrece incrementos de líneas crediticias al paso del tiempo.

Hay alternativas de endeudamiento empresarial vía organismos gubernamentales, a tasas muy bajas y atractivas que ninguna institución financiera otorgaría. El inconveniente de estas alternativas es el exceso de papeleo, importe limitado, burocracia y tiempos de resolución.
Una excelente noticia es que una empresa endeudada no necesariamente es sinónimo de extinción empresarial, siempre y cuando dicha deuda sea manejada de manera inteligente, planificada y ordenada.

El endeudamiento es una herramienta efectiva y recomendada cuando es equilibrado y se lleva a cabo con la asesoría de un buen gestor financiero. Amigos y empresarios: ¡seamos financieramente equilibrados!

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