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 Rodrigo Us May/SIPSE

Mérida, Yuc.- De los problemas visuales, los más comunes son la miopía y el astigmatismo. El primero es una deficiencia que produce visión borrosa y carente de nitidez sobre objetos distantes; el segundo es la apreciación poco clara de las cosas que están cerca y sus contornos. Estos padecimientos generan conflictos de identificación visual y se presentan de manera asociada.

En mi experiencia profesional, he percibido que estos padecimientos afectan el sector empresarial. En muchas ocasiones, los empresarios o directivos no logran percibir con claridad los problemas y oportunidades que se presentan, los cuales pueden estar cerca o lejos de ellos.

La MIOPÍA EMPRESARIAL consiste en la imposibilidad de percibir de manera clara y oportuna eventos o situaciones que se aproximan a distancia; cito algunos: efectos financieros de la globalización, entrada de nuevos competidores, nuevas tendencias de mercado, potencial de las nuevas generaciones (Millennial), utilización de la tecnología como arma disruptiva, repercusiones del entorno político, situaciones legales, etc.

En cuanto al ASTIGMATISMO EMPRESARIAL, lo enfoco a la falta de visualización de las fortalezas que el empresario tiene de cerca. Existen varios ejemplos en este punto, pero el más importante, en mi opinión, surge cuando el dueño de empresa no logra percibir las capacidades, habilidades e ideas con las que cuentan sus empleados, los cuales, sin importar su rol o jerarquía dentro de la empresa, son una valiosa fuente de conocimiento poco valorada y pulida en favor de la organización.

Muchas veces se prefiere contratar a un externo que promover al talento interno, provocando así gran decepción y desmotivación a la plantilla laboral, trayendo como consecuencia una fuga de talentos. Hecho que, sin duda, la competencia con visión aguda agradecerá infinitamente.

Nuestro sector empresarial, en cualquiera de sus figuras legales (persona física o moral), representa un eje fundamental para el sano desarrollo del sector económico del país; de hecho, un sector empresarial dinámico y saludable siempre será un indicador que aliente e incentive a la inversión local y extranjera, generando con esto beneficios para la sociedad en general.

En esta instancia cobra relevancia contar con directivos o empresarios poseedores de una aguda visión empresarial, pues en las empresas las oportunidades y amenazas se ocultan tras máscaras, y no detectarlas oportunamente pueden significar la permanencia o extinción de su firma. Empresarios: ¡Visualicemos correctamente!

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