La vida no es tener y obtener, sino ser y hacer.- Anónimo

Hay cosas que siempre hemos tenido la intención de hacer, pero que nunca hemos llegado a realizar. Surgen todo tipo de excusas… la lista es interminable. Las justificaciones se convierten en limitaciones que son barreras y, al imponérnoslas, debilitan nuestra autoestima.

Todas estas excusas y limitaciones provienen del diálogo interno; es decir, lo que nos decimos a nosotr@s mism@s. Una de las excusas para posponer es creer y decir que uno se decide a hacer “algo” cuando está “bajo presión”. Esto es una falsa creencia porque el posponer estresa, agota e impacienta y no son condiciones para hacer mejor lo que se tiene o se quiere hacer.

El precio a pagar por dejar las cosas para el último momento es muy alto y es mejor tomarse el tiempo necesario para que las fechas límite no sean motivo de pánico, enfermedad, desazón y mediocridad. Hay miedos que pueden paralizarnos, como ir posponiendo visitas al médico o a visitar a un familiar o amig@ diciéndonos: “Cuando mi estado de ánimo, esté mejor…” y al esperar mejores condiciones, se dejan en suspenso decisiones, acciones, comienzos, finales, salud, relaciones, viajes y ¡VIDA!

Las situaciones perfectas nunca se dan. Estamos en un mundo imperfecto y somos personas imperfectas. Podemos actuar sin tener el óptimo estado de ánimo, o aunque no sea un día soleado. Igualmente hay que hacer a un lado el temor “al qué dirán” y no posponer objetivos valiosos, por no correr el riesgo de “hacer el ridículo” o ser idealistas. El miedo a equivocarse inhibe el logro de muchos éxitos y satisfacciones. También el “temor al éxito” es una de las causas más sutiles de la postergación. Hay quienes se sabotean a sí mism@s pensando que tener éxito significa ser presuntuosos y materialistas; otros piensan que con el éxito se acabaría su familia, y/o su estilo de vida.

Vale la pena crear la vida que uno desea. Nadie realiza TODO lo que quiere, pero quienes no postergan realizan TODO lo que es verdaderamente importante para ellos.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.