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La libertad interior es la capacidad que tenemos los seres humanos para crear nuestros pensamientos y sentimientos. Es la libertad de pensar, experimentar y expresar lo que realmente somos. ¿Cómo se puede desarrollar el poder de elegir los propios pensamientos y sentimientos? ¿Qué pensamientos se pueden crear que nos permitan experimentar bienestar? ¿Cómo liberarse de las influencias negativas externas? Cuando fortalecemos y mantenemos nuestras cualidades positivas en la consciencia (como el amor, la paz y la sabiduría), aprendemos a separar las influencias negativas del entorno para que no entren en la mente y la debiliten, descubrimos nuestro verdadero ser y reconocemos cómo somos y no un reflejo de lo que los demás piensan de nosotros.

Al pensar positivamente aceptamos las diversas situaciones afrontándolas y/o transformándolas con una actitud abierta y dispuesta a encontrar alternativas, analizarlas y optar por la que nos parezca mejor sin huir de la realidad, pero sin caer en el pesimismo.

Al no manejar nuestros pensamientos, nos impulsan nuestras emociones, por los recuerdos grabados en la memoria o por las circunstancias o el ambiente en el que nos encontremos, entonces perdemos objetividad y ese carácter reactivo nos lleva a vivir una vida emocional inestable. El pensamiento positivo nos ayuda a ser responsables de nuestra vida sin culpar a otros de las situaciones que se nos presentan.

Nuestra conducta no se define por las circunstancias sino como resultado de nuestra propia elección consciente.

Es necesario crearnos hábitos saludables para mantener una actitud positiva ante la vida, tales como: aceptarse y ser responsable de uno mismo, descubrir y desarrollar nuestros recursos internos, dar y recibir amor, entre otros.

Si nos quejamos de las situaciones que vivimos y no hacemos nada por cambiarlas, probablemente es porque no tenemos la suficiente fuerza interior para dar una respuesta positiva a esa situación transformándola o creándola, para esto hay que tener una imagen mental de cómo nos gustaría que fuera y comprometernos a hacer lo necesario para que dicha imagen se convierta en realidad.

No sirve de nada quejarse y lamentarse sino, con inteligencia, creatividad, decisión y esfuerzo así como con una actitud positiva y constructiva, mejorar nuestro entorno más cercano que redundará en nuestro propio beneficio y en el de los demás.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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